76.- Beber y bailar

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Un vasito pequeño de vodka no le hace daño a nadie, nunca le ha echo, pero parece que Seo ChangBin no lo entiende en lo absoluto. Y quizás tenga razón porque la última vez que bebió se perdió, asustó a HyunJin y además tuvo problemas en casa. SeungMin entiende la preocupación del mayor, pero también quiere que el mayor lo entienda a él. Es un chico de 15 años bastante rebelde que lo único que quiere, además de terminar la escuela, es divertirse un poco.

-SeungMin, por favor deja de ese vaso. - pidió el mayor una vez más mientras el menor simplemente se burlaba. Ya llevaba una cantidad considerable de alcohol en el cuerpo, sumado a esto que ni siquiera había probado alimento desde que llegaron a la fiesta. ChangBin ya no sabía que más hacer. Estaba a nada de entrar en un ataque de pánico de solo ver a SeungMin tambalearse mientras se ríe. - te vas a lastimar y...

-Binnie debería besar a SeungMin. - ininterrumpio el menor haciendo un puchero mientras se acercaba a él. ChangBin lo abrazo por la cintura, pegandolo a su cuerpo para evitar que se cayera. SeungMin era bonito, muy bonito a decir verdad, tenía hermoso ojos cafés grandes que brillaban de una forma única, su cuerpo, a pesar de aún estar en desarrollo se veía chiquito, tenía cintura pequeña y largas piernas, algo de trasero también y sin embargo, Seo ChangBin, en lo único en lo que se había fijado era en el carácter tan recio que el menor poseía.

No se dejaba mandar por nadie, y "odiaba" las demostraciones afectivas, aun así no fuera dirigidas hacia él. También era muy tierno. Había ocasiones en las que ChangBin se preguntó cómo es que Kim SeungMin podía ser tan pelionero, pero tierno al mismo tiempo. Al principio creyó que se había vuelto loco de siempre ver tan bonito a SeungMin, creyó que de tan enamorado que se encontraba, su corazón no lo dejaba ver que claramente él menor no lo quería y que prefería mil veces tener la nariz en los libros a prestarle un poco de su atención. Pero luego se dio cuenta que los supuestos "defectos" de SeungMin eran hermosos, que si tenía mal carácter era porque lo hacía enojar, que si se volvía un cachorro salvaje que le llevaba la contraría siempre a todos, era porque las personas así lo insitavan a ser.

Porque SeungMin era hermoso, realmente lo era y que importa si al principio lo odio porque ahora no es así y ChangBin puede presumir que por primera vez desde que lo conoció, lo tiene entre sus brazos sin quejarse. Aunque también debemos darle créditos al alcohol que circula por las venas del menor, porque de no ser así, probablemente no siquiera estaría hay con él, sonriendo mientras le acaricia el cabello de la nuca y susurra suavemente.

-Estás tan borracho que ni siquiera te das cuenta de lo que estás diciendo. - dijo el mayor sin soltarlo de la cintura.

-¡No lo estoy! - refutó haciéndose el ofendido. - bueno sí, pero solo un poquito. Casi nada. Ahora, ¿me vas a besar o no?

-Que mandon eres, Kim SeungMin. - respondió haciéndolo reír un poco más. - nunca me dijeron que lo eras. Me han mentido.

-Que más da ahora, ya estás aquí y no te puedes ir porque si lo haces te prometo que te asesino de una forma dolorosa.

ChangBin rodo los ojos antes de inclinarse un poco y besar los labios de SeungMin. Sabían a vodka y levemente a refresco y aún así, el dulce sabor de siempre se distingue como las dos veces pasadas. SeungMin sólo pude sentirse sumamente feliz por primera vez en muchos años. Realmente espera más de esa relación que empezó de forma extraña para él.

-Siempre tan tierno. - dijo el mayor sobre los labios del menor mientras sonreía y le daba otro pequeño beso. - vamos, tienes que comer algo o YuGyeom me va a asesinarme

-Sí, vamos, pero dame otro beso antes.

Y volvieron a besarse porque Seo ChangBin podría negarse a lo que fuese, menos a los besos de la persona que probablemente más ama en el mundo.










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Jeno realmente quería correr de ahí. Haber peleado con su abuelo una vez más por sus gustos personales le jodia la vida tanto que a veces terminaba llorando a escondidas para que Mark no le cuestione nada sobre su actitud y quizás eso mismo debió haber echo esta vez, debió subir a la habitación de MinHo y encerrarse en ella hasta que el cólera se fuera de su cuerpo y los pensamientos positivos volverían y así Na Jaemin no tuviese que verlo de ese modo como justo ahora lo estaba mirando.

Lee Jeno nunca le demostró nada al lindo pelinegro, solo su actitud arrogante y desesperante cuando lo molestaba, de ahí más nada. Sí, llegaron a ser asesor/asesorado, pero a Jeno no le interesaba en lo absoluto que su lindo asesor le enseñará inglés como si fuese un niño. Él sólo las aceptaba para poder verlo después de clases en casa o los fines de semana en alguna plaza. Y estuvo bien con ello.

No necesitaba demostrar cuánto le jodia que su abuelo lo odiara, que le diera asco tener enfrente de su cara y de cómo no se media la boca a la hora de escupir estupideces tras estupideces. Muchas veces se dijo que ignorarlo era bueno, que mientras menos atención le diera mucho mejor para él. Le costó bastante ignorarlo en los primero años, después ya no le importaba nada.

-Vamos se supone que hoy estaríamos bien, deja de pensar en ti abuelo que solo me hacen sentir incómodo y terminaré por irme, vacío.

-Lo lamento, Jaemin.

-Solo deja de pensar en ese señor, Jeno. No importa lo que diga de ti o de tus primos, solo debe importarte lo que tú mismo piensas de ti. De tus propios pensamientos. Lo demás no interesa ni siquiera un gramo. Incluso lo que yo o MinHo o Felix pensemos, ¿okay?

-Esta bien. - respondió mirando al lindo muchacho frente a él con el intento de una sonrisa en sus labios. Jaemin sabía que sería difícil recuperar el buen ambiente con Jeno, pero no imposible, así que sonrió, asustando un poco al chico.

-¿Bailamos, Jeno? - preguntó tomando la mano del muchacho sin dejar de sonreír. Jeno nunca antes había bailado, ni siquiera cuando él, MinHo, Felix, Mark y Doyoung se ponía ebrios porque él escapaba apenas sentía que perdía la conciencia de sus actos y es que, para él era lo mejor. Sin ridículos en su vida, sin sobornos por parte de su hermano mayor. Una vida perfecta para Lee Jeno. - ¡Vamos!

Es que ni siquiera podía negarse a lo que sea que Na Jaemin quiera porque el vive tan enamorado del chico azabache que haría cualquier ridículo con tal de verlo feliz. Dejó que Jaemin lo guiará hasta la pista improvisada en la para nada modesta terraza, dejó que Nana hiciera lo que quisiera con él, que importaba ahora. Después de todo, Lee Jeno solo buscaba, desesperadamente, tener a Na Jaemin en su vida. Enmendar los años malos con el menor y conseguir una linda relación.

¿Tendría algo de malo quererlo? Él creía que no.

-¡Pero Jeno! - escucho el grito de su hermano mayor y se giro a mirarlo. Mark tenía la boca abierta y lo miraba bastante asustado mientras el vaso caía de sus manos y se estrellaba contra el suelo.

Jeno solo pudo reírse mientras Jaemin lo abrazaba por la espalda.

























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Holi, ¿tienen alguna queja, sugerencia o comentario sobre esta novela?

Crazy Love #1 [CORRIGIENDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora