Prólogo

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- Así que... ¿Eso vas a hacer todo el día? - La voz de mi hermano me estaba empezando a hartar... lleva molestándome al menos una hora.

Sigue parado junto a la puerta de mi habitación y su mirada es de diversión, claramente está aburrido. Respiro profundamente y me vuelvo hacía él.

- Sí, Peter, voy a estudiar todo el día porque mañana tengo examen. – pone los ojos en blanco y bufa. - ¿Acaso no tienes nada que hacer? – pregunto. – Pensé que en la universidad hacías más cosas, ya sabes, como... ¿Estudiar?

Me mira enarcando una ceja negra. Él se parece mucho a papá. Tiene el cabello del color de un cuervo con un corte militar y sus ojos son iguales que los míos, de un color azul intenso. La verdad es que mi hermano siempre ha sido muy guapo. Camile, su novia creo que numero ¿22? Si es que no perdí la cuenta lo había perseguido por casi dos años, hasta que tuve que decirle que le diera una oportunidad y desde ese momento no se han separado. Peter está en tercer año de Universidad y decidió estudiar Negocios como papá, y creo que es lo mismo que estudiare yo. Siempre he sido la pequeña de papá. Él quiere que sea igual que él y que me dedique a la compañía, y eso lo hace feliz así que... por qué no.

- Sabes qué estudio, pero... Estoy aburrido. - responde apoyándose en el marco de la puerta de brazos cruzados.

Me giro por completa hacía él y cierro mi MacBook.

- Llama a Camile. – sugiero.

- Hermanita, eres mucho más entretenida tú. – su sonrisa sarcástica aparece.

 - Ja ja. Qué gracioso eres.

- ¿Crees que no la llamé? Estoy acudiendo a ti porque estoy desesperado. Camile esta en el centro comercial de compras. – ignore su comentario.

- Pues, entonces ¿Por qué no vas al centro comercial con ella?

- Porque papá me dijo que me quedara en casa para supervisar al nuevo mayordomo. – mira su reloj. – A las cinco y media podré irme de aquí.

- ¿Y dónde está el mayordomo? –  pregunto. – Claramente no está contigo.

No entiendo la obsesión de papá por contratar gente en la casa. Esté debía de ser el segundo mayordomo que llegaba en esta semana, y ni siquiera somos una familia tan grande para tener unos cinco empleados. Bueno... al menos con ellos la casa sigue en pie. Si fuera por Alex, mi hermano menor de 16 años, la casa sería un desastre al igual que él. Se que suena muy triste, pero decir que es un desastre sería poco. Él había salido a mamá, aunque era igual en características físicas que a mi padre y Peter, pensaba igual que mi madre o mucho peor. Todas las noches desaparecía de su habitación y llegaba a las cinco de la mañana borracho, a lo cual, Peter y yo debíamos encargarnos de que entrara sin ser visto hasta su habitación, alias basural.

La voz de Peter me devuelve a la realidad:

- Pues debe de estar en algún lugar de la casa. Ya lo perdí de vista... - justó en ese momento entra un hombre vestido de traje smoking negro y un corbatín ajustado.

- Señor Michgan, señorita Michgan. – nos saluda con una voz muy refinada. – me presento. – me mira a mí. – mi nombre es Charles y seré su nuevo mayordomo. Estaré asignado a los hijos del Señor Michgan...

Una pelusa particular que volaba por mi habitación me entretuvo de un segundo a otro.

- ...Cualquier cosa que necesite, hágamela saber. – fue lo ultimo que escuche volviendo a la realidad otra vez y Charles desaparece por el pasillo.

Siempre has sido túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora