Capítulo 16: Adiós

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AIMÉE

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AIMÉE

—Nos vamos —le digo a Lau en cuanto regresa de sus clases—. Mañana mismo, así que fíjate cómo juntas tus cosas que yo ya lo estoy haciendo.

—¿Qué? ¿A dónde? —pregunta muy sacada de onda.

—Nos vamos de la casa, viviremos juntas tú y yo.

—¿Qué pasa? —sigue sin entender.

—Que Santiago me dejó, y Elai te dejó a ti. Esta casa es de ellos, y tengo los medios más que suficientes para mantenernos a las dos sin depender de nadie.

—¿Te... dejó? —se sorprende tomándome la mano para que me detenga y poder sentarnos a hablar tranquilas—. ¿Segura? Tal vez solo es una pelea y estás siendo impulsiva.

—Peor que eso, me dejó porque dice que es lo mejor para mí —ironizo entrecerrando los ojos—. Es un cobarde, a veces pienso que no quiere estar mejor, simplemente ser la víctima de la vida le sienta bien.

—Ey... No. ¿Y si mejor nos calmamos? —indica poniéndose seria—. Estás enojada, lo entiendo, pero no odiamos a Santi, lo amamos y sabemos que está sufriendo.

—Eso no lo vuelve menos cobarde.

—Tienes derecho de tomar distancia, pero ¿Así? Dejemos la euforia de lado y pensemos mejor.

—Es que... agh —protesto cuando mis ojos se llenan de lágrimas otra vez—. Me siento muy frustrada.

—También yo, que te dejen es una mierda —coincide meneando la cabeza.

—¡Lo sé! No nos merecemos eso.

—Bueno... yo tal vez un poco sí. Pero tú no, así que puedes estar molesta.

—Por eso nos iremos —insisto muy determinada.

—Es que aún no hablamos con Elai, tal vez él lo pensó mejor y...

—Lau... —murmuro sintiendo pena por sus esperanzas—. Elai piensa antes de decir cada cosa, él no toma decisiones impulsivas, si lo dijo es porque está seguro.

—¿Hablaste con él? —murmura mirando al suelo.

—Sí, y por eso tenemos que irnos.

—Mierda... —Se limpia una lágrima que quería salir y asiente—. Está bien, la chica que vivía con Alanna se fue sin decir nada, tiene una habitación libre, si no te molesta compartirla... eso se adapta mucho más a mis ingresos.

—El dinero no es problema —digo de inmediato.

—Lo sé, pero quiero... hacerlo sola, al menos intentar.

—Claro, está bien, hablemos con ella entonces —cedo, porque en definitiva tiene razón, dejar de depender de uno para depender de otro no tiene ningún sentido—. ¿Puedes ir ahora?

Nubes de tormenta [LCS #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora