Capítulo 38: Superhéroes

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SANTIAGO

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SANTIAGO

—¿Y Aimée? ¿Dónde está? —pregunta mi abuela en cuanto pongo el pocillo con el postre frente a ella.

De inmediato volteo a ver a Pau, que ya tiene su boca abierta para responder, por suerte estoy lo suficientemente cerca como para poder cubrirla con mi mano y evitar un desastre.

—Está trabajando —respondo con la verdad.

—¿Y por qué no ha venido? Lleva varias semanas en la ciudad y aún no viene a almorzar, puedo prepararle ratatouille, o también puedo aprender algún otro plato francés para que se sienta como en casa.

—Es de aquí, Abue, nació aquí, te lo dije como mil veces —me río apartando la mano del rostro de mi hermana con la esperanza de que haya captado el mensaje.

—Pero le gustó el ratatouille, y dijo que su abuelita también lo hacía.

—Su abuela sí es de Francia, pero el abuelo en realidad es de…

—¡Estás evadiendo mi pregunta! —se da cuenta y me arroja una servilleta del otro lado de la mesa— ¿Qué le hiciste a la niña que ya no viene? Eres un trapisondista, ¡igual que tu abuelo!

Pau me lanza una mirada victoriosa, molesta por su censura y jactándose de que no me salí con la mía.

—¿Un qué? —cuestiono mientras evado un trozo de pan que me ha lanzado porque sigo sin responder.

—Trapisondista, que haces trapisondas.

—Wow, cuánta información —ironizo, conteniendo la risa para no enojarla más.

—Que enredas las cosas para que sea conveniente para ti —responde mi abuelo, y con mucha más calma insiste para que mi abuela tenga su respuesta—: ¿Qué pasa con la niña?

Suelto un suspiro, derrotado por no poder evitar el tema otra vez.

—No he sido el mejor novio del mundo desde que ella regresó, pero estoy intentando arreglarlo.

—La dejó —termina por delatarme Pau.

No pues, ¿Para qué enemigos? Ya tengo una hermana, gracias.

Creí que sería un hermano celoso, pero en realidad estoy deseando que crezca un poco y traiga a alguien a casa. Le haré pagar todas y cada una.

—¿Que hiciste qué? —interviene mi mamá desde la cocina, apresurándose a la mesa del comedor.

—Le terminó —reafirma Pau, por si no había quedado claro.

—Pero… ¿Te hizo algo malo? —cuestiona antes de emitir algún juicio.

—Yo estaba llevando mal las cosas y ella solo quería ayudar, me agobié un poco, fui muy estúpido y…

—¿Le terminaste por querer ayudar?

Nubes de tormenta [LCS #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora