Capítulo 32: Sin constelaciones

1.2K 220 92
                                    

SANTIAGO

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

SANTIAGO


—¿Estás bien? —interrogo a Alanna que ha hablado poco y su mirada está demasiado perdida en el fuego.

—Más o menos —responde con sinceridad—. Pero estaré mejor ocasionalmente, es cuestión de tiempo.

—No quiero presionarte para hablar, solo estar seguro de que sabes que estoy para escucharte.

—Lo sé, gracias —me da una leve sonrisa que obviamente no fue sincera.

No estoy seguro de por qué me preocupo por ella, pero lo hago.

Laura y Aidan acaban de llegar después de estar perdidos un buen rato, dieron un par de excusas tontas que nadie creyó pero todos fingimos que sí, y ahora están todos jugando al cine mudo.

Se supone que también estamos jugando, pero tardan demasiado pensando en las películas, Elai las adivina muy rápido, y luego elige para el otro equipo películas que nadie conoce.

Al menos estoy en su equipo, sino estaría molesto.

—¡No es mi culpa que no sepan nada de cine! —se defiende cuando Leandro le reclama la desventaja— ¡Es un clásico! No pueden responsabilizarme por ser incultos.

—¿De cuándo es? —cuestiona Lean cruzando sus brazos.

—Mil novecientos cuarenta y uno.

—No había nacido ni mi abuela, Elai, no jodas.

—Pero es un clásico —insiste, ofendido—. Todo el mundo la vio.

—Somos siete aquí, y eres el único…

—Yo creo que Elai tiene razón —lo apoya Aidan—. Él es bueno en esto, si hiciéramos una competencia de cocina nadie te culparía por saber cómo activar la levadura con azúcar.

—Estoy seguro de que Elai se quejaría de la desventaja —niega Lean, con una risita.

—No juego en sitios donde sé que no puedo ganar.

—No sean tan dramáticos —se queja Aimée—. Si no conocemos la película actuamos las palabras y ya está.

—Okay, pero deberíamos dejar afuera cualquier película que tenga nombres propios, porque entonces no hay forma —cede Lean, ante la mirada caprichosa de Elai.

—Esto te pasa por no venir a mi equipo —le responde en el que parece el tono de un niño pequeño.

—Ya no vamos a ganar —resuelve Lau, y tiene razón, les llevamos demasiados puntos—. Mejor cantemos o algo.

Mi teléfono suena con una notificación, es de YouTube y me avisa que acaban de subir la entrevista en la que Aimée habló sobre nosotros.

No tengo idea de qué dijo, solo sé que a partir de ahora todos lo sabrán y tendré que aprender a vivir con eso.

Necesito verlo, así que pondré una excusa y me alejaré por unos minutos.

Nubes de tormenta [LCS #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora