Capítulo 18: Diferentes pero reales

1.4K 245 169
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


LEANDRO

Fueron unos días muy difíciles, de un segundo a otro todo lo que tenía construido se cayó a pedazos y mi miedo más grande se volvió realidad.

No había futuro, no había sueños, no había una casa en el campo con niñitos pecosos corriendo por todos lados, no había certezas de nada, y entonces me cuestioné no haberlo aprovechado lo suficiente.

Cuando le tienes miedo a algo, y entonces se vuelve real, ya no puedes temerle a nada. Te enfrentas a lo que te atormentaba, y de un modo descubres que no era tan terrible.

Duele, pero la vida sigue y aunque no estaba en los planes no queda más que elegir otro camino.

Entendí que estaba equivocado, y que lo que pasara conmigo no podía estar en manos de otras personas, por mucho que doliera la distancia era necesaria para entender.

Sin embargo cuando Elai dijo que ya no podía seguir, dolió demasiado. Entendí las palabras de Lau, las sentí también de alguna forma, porque duele que él ya no quiera luchar.

Pero en cuanto salí entendí que tal vez era mi turno de hacerlo, tal vez él ya no puede, pero yo sí. Tal vez inconscientemente solo esperaba que alguien quisiera luchar por él, cambiar lo que está mal y hacerlo funcionar.

Yo tengo muy claros cuáles fueron mis errores, y por eso regresé, porque mi mayor error en esta relación ha sido no decir las cosas a tiempo.

Ya no será así, hablaré todo lo que me he callado.

Verlo llorar me destruyó por completo, él nunca llora, son pocas las veces que lo he visto hacerlo y jamás traía la angustia que trae ahora, que apenas puede respirar.

—Lo siento, tienes razón en todo lo que dijiste, pero es que... hay muchas cosas dentro de mí que no sabes, tal vez sí las saco de allí me puedas entender —propongo luego de un largo abrazo en el que logró recomponerse un poco de sus lágrimas.

Estoy sentado en el suelo, él está en el sofá abrazando sus rodillas nuevamente, pero creo que me quedaré aquí, se siente más cercano de este modo.

—No quería que ella se vaya así, no quería terminar de este modo, ni que se sintiera insuficiente porque ese jamás ha sido el problema —murmura apaciguando su voz, con los ojos completamente irritados.

—Lo sé, pero si ella se siente insuficiente no es por tu culpa, solo busca razones que se lo confirmen y como sea las encontrará.

—No es justo acabar odiándonos —insiste sorbiendo por su nariz.

—Solo déjala procesar —lo consuelo poniendo mi mano sobre la suya en el sofá.

—¿Qué tenías que decirme? —pregunta poniendo sus ojos en mí con atención.

Nubes de tormenta [LCS #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora