Se dice que si logras encontrar el camino de las cinco piedras, te llevará a un campo lleno de flores de loto, donde ningún rayo de luz desaparecerá ni ante la más profunda oscuridad.
Si caminas por dos días y una noche, el campo estará dividido ant...
Historia 100% de mi autoría Prohibida su copia y/o adaptación
—— PAREJA PROTAGÓNICA —— Hiccup Haddock • Jack Frost
"Las faltas de ortografía se corregirán cuando la historia esté concluída"
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Nunca estuvo enterado sobre el inicio de su existencia, mucho menos quién había sido su creador. Lo primero que vió al abrir sus ojos fue ese palacio, en un campo con miles de flores de loto, un camino con una piedra que desprendía un destello cegador y posado en una roca se encontraba una afilada espada. Entró al palacio con la intención de explorar más el cautivador lugar, un enorme salón con un candelabro de cristal y cinco caminos de escaleras que conducían a diferentes habitaciones.
Decidió subir el camino de escaleras del centro, al abrir la puerta una ola de luz se hizo presente obligándolo a cubrir sus ojos, dejando que su visión volviera a la normalidad con el pasar de los segundos. A lo lejos de la oscura habitación había un bastón alargado arqueado en uno de sus extremos flotando encima de una mesa de jade.
Al caminar dentro de la habitación, con cada paso que diera esta se iluminaba dejando ver un bello lago congelado, árboles escarchados y pasto cubierto de nieve, pero por más frío que estuviera el lugar, él nunca lo pudo notar. Era como si el frío y él estuvieran hechos tal para cual. Extendiendo su mano hacia el bastón logró sentir una especie de atracción única, llegando a comprender que el objeto lo había esperado por tantos años.
Seguro de sus acciones lo toma y este al instante lo hace elevarse en el aire, fuertes palpitaciones en su pecho se hacen presentes, ahora tiene control sobre el objeto y sobre sí mismo. Una de sus manos la hace puño, cierra sus ojos balbueando un par de palabras y al abrirlo miles de mariposas plateadas salen volando en la habitación, él sonríe y da vueltas en el aire de felicidad. Una extraña sensación de libertad se libera y no puede evitar volver a hacerlo.
Entusiasmado y al mismo tiempo curioso, se dirige a la habitación de a lado, pero la magia desaparece al darse cuenta que no puede abrirla, intenta con las demás, pero el resultado es el mismo en todas y cada una de ellas.
No puede encontrar ninguna explicación, su única opción era regresar a la habitación del centro y buscar respuestas, observa a su alrededor con cautela, esta vez logra encontrar una pequeña ventana en el techo que al abrirla ilumina una de las paredes. Se acerca lentamente a ver un retrato pintado y debajo un nombre grabado.
Jackson Frost
Analizando el cuadro, la luz crea un reflejo de él mismo, dándose cuenta que era el hombre de la pintura y ese su nombre. Vuelve al gran salón con más incógnitas que resolver, hasta que a lo lejos escucha una voz susurrar, camina de manera insegura a la parte trasera del palacio, donde un gran jardín lo adornaba, árboles de cerezo con sus pétalos cayendo, uno a uno. No pasó por desapercibido la fuente con estatuas a su alrededor y en especial un arco de roca que conducía a la entrada de un laberinto.