Capítulo 4: Sehnsucht

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Capítulo 4: Sehnsucht

El licor en tus labios, no me puedo resistir. Tan rápido como llegamos a la oscuridad, él me dice: "Cállate, déjamelo a mi"

Lana Del Rey; You can be the boss

——Es increíble...

Smoothie susurro sin mucha discreción, su boca estaba torcida en sorpresa mientras sus ojos azules caían en su hermano. La forma en que sus ingresos habían aumentado era desorbitante, con su madre, la editorial había estado en los mejores 20 lugares de venta de libros, pero con Katakuri sustituyéndola, dominaban la lista.

Él estaba en medio de ellos ——Cracker, su hermano menor, y de ella——, Era el equilibro de un absoluto erudito y un hombre de números.

——Si no cierras la boca, las moscas van a entrar por ella. —— Flampe canturreo, pero se congelo cuando los ojos de hielo la atravesaron.

——En lugar de estar aquí perdiendo el tiempo deberías haberte quedado en casa estudiando algebra y no desbordando pereza.

——Mi tutor aviso que no podía venir hoy, así que no tenía nada que hacer. ——se justificó.

——Nunca tienes nada que hacer ——Smoothie enterró su mano en su espeso cabello albino, sus rizos revotaron cuando meneo la cabeza molesta——Dios, eres increíble.

——¡Lo sé! ——Flampe hizo estallar una bola de chicle.

——No lo decía de la mejor forma. ——Smoothie respondió irritada, antes de dejar la oficina.

Flampe parpadeo repetidas veces, y dirigió sus enormes ojos almendrados en Katakuri, quien mostraba el mínimo interés ante la forma en que había sido atacada.

——¿Oíste eso?

——Si, y ella tiene toda la razón.

——¿Cuál es su problema? ¿Por qué Smoothie esta tan amargada últimamente?, la he atrapado susurrando cosas con Enel, pero cuando Anana o yo estamos cerca, shhh...solo se calla. Y todo ese mal humor es wow.

——No es tu asunto. ——Katakuri respondió de forma tajante.

Flampe hizo un puchero y espió a su hermano, estaba sumido en su computadora, llevaba un traje de Yves Saint Laurent, serio y elegante, una fina corbata negra y el cabello indómito como siempre.

Su oficina era un caos perfecto, y aunque usualmente no la dejaría estar adentro, últimamente su mente llevaba ocupada en otras cosas. Y ella mataría por saber en qué cosas, era una lástima que él nunca se las diría.

Flampe suspiró con exageración, recostándose en el sofá de cuero blanco, la atmosfera estaba impregnada del aroma perfecto del papel y la tinta, y desde la pared panorámica, el cielo azul y el obeso y alegre Sol, solo se burlaban de ella.

Podría matar el rato leyendo alguno de los libros de su hermano, pero ni Thoreau o Douglass, ni Platón o Heráclito, le causaban ningún interés.

——Ustedes siempre están llenos de secretos. ——La niña refunfuño, escarbando en el bolsillo de su mini falda para buscar más goma de mascar, hasta que el zapatilleo de Smoothie regreso y la mujer se paró frente al escritorio de Katakuri de forma imponente. Tenía una bolsa marrón en las manos.

——¿No estas olvidando algo? —— los rayos de sol apuntando a su piel morena la hacían ver poderosa y dura como una temida valquiria en un ajustado traje sastre.

——No. ——respondió él, apenas y levantando los ojos hacia ella.

——Dios, ustedes los hombres son unos cabezas dura, son las cinco de la tarde y hay una hermosa mujer esperándote en la playa de Santa Mónica, pero tú te has olvidado por completo de eso.

Donas de fresa [KataIchi] [Otras]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora