>>Segunda parte de "ERES MIO"<<
Y la historia se repite, pero de otra manera, esta vez ella desapere sin dejar rastro, pero ese Alpha sabe que su Luna no ha muerto.
Portada hecha por @MyBoyKT
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Sentí algo suave acompañado de aquella temperatura tibia ser pasada por mi rostro.
Fui abriendo mis párpados con pesadez pero logré abrirlos, mi vista se detuvo en una mujer de cabellos corto azabache.
Alejé su mano de mi cuando intentó volver a pasar aquel paño de nuevo por mi rostro.
-Reina- me senté en la cama con una mueca de dolor e intenté quitar las sábanas que cubrían mis piernas pero la mujer no me dejó- Esta muy débil mi Reina, debe de descansar-
-¿En dónde estoy?- volví a acostarme al sentir escalofríos.
-En una de las habitaciones del castillo volvió a poner aquella pequeña toalla en mi frente. Voltee mi cabeza haciendo que se cayera -Por favor mi reina tiene que ponerse eso, tiene mucha fiebre-
-No me digas así- negué- Yo no soy tu reina y nunca lo seré- traté de levantarme pero no pude.
-Por favor no se esfuerce- volvió a recostarme y llevé mi manos mis ojos. Me dolía mucho la cabeza.
La puerta hizo un estruendo al haber sido abierta bruscamente.
-Largo- Seung entró a la habitación y mi vista se desvío a la mujer la cual se iba a ir pero tomé su muñeca negando a que se fuera.
-Vendré a traerle la comida- puso su mano encima de la mía- Enseguida regreso- salió de la habitación y Seung cerró las puertas. Yo me senté en la cama pegandome a la cabecera de esta alejándome lo más posible de él.
No pronunció palabra alguna y lo único que hizo fue sentarse en donde estaba anteriormente aquella mujer.
-¿Cómo te sientes?- me quedé callada sin decirle nada. Está siendo sarcástico.
Miró a mi lado en donde estaba aquel paño con el recipiente del agua y lo tomó para luego mojarlo.
-No- volteé mi rostro cuando quiso pasar este por mi frente. Suspiro con pesadez y lanzó la pequeña toalla en donde estaba el agua haciéndome salpicar un poco.
-Estoy tratando de ser amable contigo EunSoo. No me lo hagas más difícil- trague en seco y miré hacia el frente viendo la puerta esperando a que esa mujer entrara por ella.
-Bien, tenemos varias cosas que arreglar- su voz volvió a retumbrar de mala manera en mis oídos.
-Fui bastante clara, dejarás a mis hijos en paz, en cambio, yo seré tu reina- estaba sintiendo escalofríos, y me sentía muy mal.
-Esos cachorros no pueden nacer - dijo entre dientes y lo miré.
-Pues entonces yo tampoco seré tu reina, en el mínimo descuido que tengas, yo misma me asesinare-
-¡No lo haras!- dio un golpe en la cama- Maldita sea no lo harás- me señaló y levanté la mirada.
