"Recuerdo la primera vez de todo, pero de esas veces que no olvidas es cuando alguien muerde tu espalda con la única intención de probar el sabor de tu piel."
-Jonatan M. (2021)
Si volteamos por un segundo al pasado, respiramos profundo y pensamos en la primera vez en la que alguien sostuvo su cuerpo junto al nuestro con intenciones de ser parte de nosotros o al menos sentirse dentro de.
Vamos a sonreír... Porque así es nuestra naturaleza.
Entonces allí es donde tomas al mundo por sorpresa, porque no se esperaba que pudieras pedirle al tiempo que se detuviera y que durante las próximas horas fueran las únicas dos personas en no envejecer.
La sensación de estar bañado de sudor mientras ves a los ojos a tu pareja de intimidad y sientes como las ganas se apoderan de ambos y ese preciso instante dónde lo único que podías escuchar era su voz.
Suelo recordar seguido, un momento de mi vida en el que deje mis nervios en la mochila, junto a mis lápices y le envié una carta a una chica sin saber que luego estaría aterrizando en sus labios.
Su cabello olía tan bien, sus manos eran tan suaves... Parecía que mi piel jamás había tocado algo tan lujoso.
Sus ojos verdes, su cabello rubio... Su forma de decir te amo... NADA, era verla a los ojos y esperar a que ella tomara mi cabeza con sus manos y me acercara a su cara.
Fue mi primera vez en muchas cosas, fue la primera en enseñarme a querer y la primera en enseñarme que ya no debía hacerlo.
Y si te tomas el tiempo para pensar, te das cuenta que las historias que nos contaban nuestros abuelos, no eran simples historias anticuadas sobre amor a la antigua, sino una lección sobre cómo hacerle el amor a una mujer sin necesidad de quitarle la ropa.
La primera vez siempre es la más importante, porque es la que nunca vas a olvidar.
