Día 8:
Temática: keysAmbos corazones están emocionados, y ambas consciencias lo saben. Bokuto aprieta con fuerza la mano de su pareja y esta le responde con una brillante sonrisa. El camión doble cabina rebota al cruzar sobre un pozo y el menor replica al conductor que tenga más cuidado; que no hay prisa, pero este sabe que sí hay apuro y hasta parece más emocionado que la pareja sentada a sus espaldas.
El vehículo dobla hacia la derecha y el corazón de Akaashi late con impaciencia, ansioso de llegar, sus ojos salen del plano de su novio y se instalan en la pequeña ventanilla de la parte trasera, visualizando las casas, las personas y hasta los árboles. La velocidad empieza a disminuir y su pareja jadea con felicidad.
El conductor estaciona el camión en frente de un lote, les avisa a la pareja de enamorados que por fin han llegado y bromea sobre el precio del combustible. Los tres ríen y para Kuroo es superfluo que le digan que necesitan un espacio a solas; así que los invita a retirarse y le pregunta al menor si tiene las llaves. Asiente y baja primero del vehículo, espera a que Kōtarō baje por el mismo lado y cierra la puerta.
Sus manos sudorosas vuelven a tocarse, caminan juntos por la pequeña pasarela de cemento y Keiji piensa que habrá que arreglar el césped cuánto antes. Ambos se detienen en frente de un muro de madera, que los observa y los pone a prueba sobre un futuro indeseable. El menor se bloquea y le tiende el instrumento a su amado; Kōtarō, en cambio, envuelve con delicadeza la mano de Akaashi con su propia palma, encerrando nuevamente el objeto entre sus preciosas manos.
— Hazlo tú — insiste con una sonrisa.
Akaashi suspira y después de recapacitar durante interminables segundos introduce la llave en la cerradura de la puerta. Una vuelta. Dos y media y el instrumento se traba un poco. Keiji presiona y un click devuelve a Bokuto a la realidad. Los rayos de Sol son los primeros en colarse a la vivienda vieja y polvorienta. El mayor desliza la puerta con sus nudillos y esta rechina, implorando que la dejaran en paz. La puerta está abierta y nadie entra.
— ¿A la cuenta de tres? — pregunta nervioso Kōtarō, su chico lo mira y decide que no es mala idea seguir su ideas. Akaashi no quiere admitirlo, pero está tan emocionado y nervioso cómo él.
Uno. Dos. Tres. Ambos entran a la casa y Bokuto estornuda debido al polvo, Keiji ríe y camina lentamente por dónde sería el futuro living y después inspecciona la próxima cocina. El aura de las escaleras insiste en que suban y se maravillen aún más, pero ninguno lo hace, en cambio, Kōtarō corre hacia su pareja y lo toma de la cintura, alzándolo. Akaashi reprime un pequeño grito de asombro y las risas adornan su angelical rostro. El mayor lo observa, pensando y agradeciendo, y cree que en este momento no existe nada más bello que la sonrisa de Keiji y todo lo que ha logrado construir con él.
— Te amo — dice repentinamente sin soltarlo aún, sembrando un beso en su mejilla.
— Yo más, amor — murmura entre más besos que le hacen cosquillas en la piel.
Bokuto deja a su pareja en el suelo y corre hacia la salida, haciéndole señas a su amigo, dándole a entender que ya pueden comenzar. Kuroo entra en escena a los pocos minutos y con una sonrisa contagiada de alegría insiste en amueblar la casa lo antes posible. Los dos asienten eufóricos, enamorados, cultivando con muebles, limpieza y amor lo que sería su nuevo hogar.
Un cambio de narración no hace daño a nadie ¿Verdad? Muchas gracias a todas aquellas personitas que se toman la molestia de leer, votar y comentar en mis historias. Se les quiere, cuídense. ♡
-Noctuam.
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10 Musas Prohibidas [Bokuaka Week 2021] [HQ]
Random"Yo siempre he relacionado al amor con la locura, con la vida y con la muerte; pero nunca con la cordura. Y en lo de la cordura ni siquiera debería meterme, la cordura no existe cuando se está enamorado, es una fuerza loca que te cambia la mirada y...