Capitulo 8

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Casi se llegaba el fin de semana y James no había dormido tan bien pensando y organizándose con Richard sobre hacerle la vida imposible a Gerard en su cita con Natalia. James estaba dispuesto a ponerse en su lugar y ser él quien salga victoriosamente con esa hermosa mujer.

Tenía inmensos torres de café, bebía investigando en internet sobre algunas cosas interesantes, quería saber cuánto dinero, cuáles serían las estrategias y hasta tenía una libreta llena con números de teléfonos, direcciones de calles y monto de dinero, sonreía estando frente a la computadora, solo él se conocía sus trucos, sus bromas… <<Oh Gerard…no sabes lo que te espera>> bebía de la taza y continuaba tecleando el computador.

Pasaban de las 7…y las gotas de agua espesa resbalaban por su boca, mojando las hojas y parte del escritorio, se había quedado dormido, y ni siquiera se dio cuenta en qué momento lo hizo. El sonido de una pluma caer al suelo fue lo que lo hizo levantarse de golpe, haciendo que su cuerpo se impulsara para atrás y cayera de su silla con rueditas, hizo tanto escándalo que despertó completamente…y con un inmenso dolor de cabeza…

Tardó un poco en incorporarse y darse cuenta de que su cabeza había sufrido varios daños, pensaba que la idea que tenía en mente era bastante descabellada, pero no…no quería volverse amargado, él nunca fue esa clase de personas, así que lo que se propuso lo haría… lo haría bien.

Caminó despacio al baño, para limpiarse la baba y las lagañas, sonrió sin ganas frente al espejo y preparó el baño para darse una buena ducha. Revisó su cabeza, dejando que el agua recorriera su cuerpo, si…en efecto, había dos enormes chipotes en su cabeza, por el golpe que le dio Nat, que no solo fue en la nariz, y la que acababa de recibir ahora en la mañana.

Colocó una toalla sobre su cadera y se asomó de nuevo al espejo, su reflejo le decía que estaba tan cansado, invitándolo a acostarse y dormir tooodo el día, pero hoy…hoy no, hoy era ese día especial en el que quizá ría tanto…que su boca se rompería y se orinaría. Su reflejo le hacía segunda al reír, luego de un rato suspiró, se afeitó y cepilló sus dientes.

Casi eran las 8 cuando se sentó a desayunar, tomó el celular y miró su nombre en la pantalla a punto de poner “llamar” ella le gustaba mucho, en verdad le gustaba muchísimo, y quizá la broma de esta noche pueda llegar a odiarlo, pero no lo haría si no se da cuenta de que fue él, quería conquistarla, darse la oportunidad de que él era el indicado para ella…de que él merecía ser feliz, pero no lo sabía…así que la llamó…

—     ¿Si?

—     Hola, Natalia

—     ¡¡Hey, Jimmy!! ¿Cómo estás? – decía ella al prepararse de desayunar

—     Bien, aquí viendo que desayunar

—     Oh, yo estoy preparando el desayuno

—     ¿Y qué preparas?

—     Waffles – dijo ella mordiéndose el labio inferior…tenía ganas de invitarlo pero ¿Sería prudente? — ¿James?

—     ¡¡¿si?!! – mencionó tan efusivo que Natalia se asustó un poco — perdón – rió

—     ¿quieres venir a desayunar?

—     Por fin – se tapó la boda rápido

—     ¿Qué?

—     Nada…nada…que…por fin entró el calcetín a…la…e…

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