<<Dios santo… ¿Qué hago? Está arriba de mí, me está mirando con unos ojos de parecer comestible, su sonrisa me está volviendo loca y encima se está acercando lentamente…llegaremos tarde a clase, pero ¿En verdad eso me importa ahora? No lo sé…es mi trabajo y no puedo darme el lujo de faltar>>
— James – mencionó suave al mirarlo directamente a los ojos — tenemos que ir a trabajar
— No tenemos…podemos decir que…un ladrón se metió a tu casa y…
— …ahora se encuentra arriba de mi – terminó ella interrumpiendo a James
— Suena bien – se acercó para besarla
— No…James, en serio…no me gustaría faltar a la escuela…por…por este tipo de cosas
— ¿Qué tipo de cosas?
— Las que tienes pensadas hacerme
— ¿yo? – se puso la mano sobre el pecho, asombrándose — no sería capaz
— Si claro…entonces quítate de encima
— No
— James
— No
— ¡¡Ahhh!! Por favor
— No
Ella lo miró detenidamente a los ojos, los achicó después y él la miraba con media sonrisa. Er débil ante sus ojos, irradiaban un poder de aquellos en los que no puedes moverte o decir cualquier cosa, eran perfectos e inmensos, se tornaban más grandes y se dilataban cuando la miraban de esa manera, como si quisiera entrar en su interior y hacerla entender todo lo que él sentía por ella, no había nada formal…pero Natalia tenía miedo de eso, entonces separó su mirada y se puso seria de repente. Estaba cansada de los juegos, de la manera en la que los hombres la miraban y la trataban, estaba cansada de que apretaran su corazón exprimiendo todo el cariño y amor que ella poseía, para luego desparramarlo en el piso, desperdiciarlo y luego irse lejos…lejos de ella y su vida hecha añicos. Gracias a sus experiencias, desconfiaba demasiado en aquella mirada, en su sonrisa y presencia, aunque James la hiciera sentir diferente…no quería volver a sufrir.
— Necesito que te quites de encima, James – notó el tono de su voz un poco más molesta
— ¿Estás bien?
— ¡¡Por dios, solo quítate!!
Él se levantó con cuidado y la miró detenidamente, Natalia se levantó del piso sacudiendo su ropa y acomodando el mueble que había tirado, sentía un nudo en la garganta e impotencia de no poder hacer nada…caminó a la cocina, tomó un vaso con agua y suspiró.
— No quería molestarte
— No lo hiciste…solo que…
Lo miró entonces, James mostraba algo de vergüenza al haber pasado por eso…quería al menos hacerla sentir bien, pero por lo que notó es que Natalia no se abriría tan fácil, su corazón no aceptaría a cualquiera y quizá necesitaba conocerla un poco más para poder dar el siguiente paso.
Hubo un silencio interminable en aquella habitación, se quedaron ambos suspirando cuando Natalia fue la primera en tomar las cosas e irse al trabajo.