FuckSilence » Niall H. (#3)

treinta y seis.

—Niall, despierta —Hannah susurró en el oído del rubio que la tenía abrazada con sus brazos y pies.

—No… Son vacaciones —balbuceo, oprimiéndola más a él.

—Rayos, Niall, por favor, levántate que debo ir a casa, es tarde —gritó susurrando.

—Yo también te quiero, Hannie —enterró su cabeza en el cuello de la chica.

—Niall, si no te levantas, mañana no vendré a ayudarte a cuidar a Theo y tendrás que darle de comer, bañarlo, cambiarle los pañales, y todo tú solito, eh —amenazó aún con voz baja. La casa estaba en completo silencio y sabía que Maura ya se había ido a acostar desde hace mucho.

—No me importa, vale la pena dormir de esta forma contigo —murmuró, sonriendo con los ojos cerrados.

Hannah sonrió por unos segundos antes de empujar a Niall hacia atrás, hasta que cayó al piso seguido de un sonido sordo y un gemido de dolor.

—Con que quieres jugar así de rudo, mi querida Hannah —la chica no supo muy bien a qué se refería pero no duró mucho hasta que le cayó un almohadazo prominente de Niall quien tenía una sonrisa maliciosa.

—¡Pero qué mierda, Niall! —se quejó la castaña, sobando su mejilla.

—¡Guerra de almohadas! —gritó mientras tomaba dos almohadas de su coma y corría a la esquina contraria que Hannah.

Hannah entendió rápido y tomó otras dos almohadas importándole un comino que Maura estuviera en la misma casa y que pudiese despertar, pero ella no se dejaría ganar  por Niall.

—No porque seas mi novia significa que dejaré que me golpee, nena —Niall le guiñó un ojo y sin querer Hannah se sonrojó. Se veía demasiado guapo cuando hacia eso.

—Y tú no creas que por ser mi… —se detuvo un momento al ver lo que estaba a punto de decir— novio, te dejaré que ganes estaba estúpida batalla —murmuró algo avergonzada.

—Aww, me dijiste novio —Niall bajó las almohadas y sonrió mirando orgulloso a la chica.

Hannah aprovechó ese momento y le propinó un almohadazo en la cara y otro en su parte baja. De inmediato Niall cayó al piso sobando sus partes.

—Eso fue trampa… —dijo desde el piso.

—No pusiste reglas —se agachó en donde estaba tirado el rubio.

—Creo que moriré, son mis últimos minutos de vida —se quejó dramático.

—Qué mal —hizo una mueca exagerada de tristeza.

—¿Me concederías mi último deseo? —cerró los ojos por un instante.

—Por ser tu asesina debería aceptar —rió.

—Gracias. Eso me hace muy feliz en estos momentos de delirio —susurró—. Quería pedir lo que he estado esperando desde que te conocí… —abrió sus ojos para mirarla y se apoyó en su codo para estar casi a la misma altura de ella—, es algo que se intensificó desde aquel primer día que me quedé a dormir contigo… —se sentó en sus rodillas e hizo que Hannah hiciera lo mismo—. Hannah Rogers, ¿me dejarías demostrarte mi amor con un beso?