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Louis siempre estuvo rodeado de muchas personas buenas en su vida, gente con corazones puros y buenas intenciones. Se consideraba muy afortunado por ello a pesar de la dura vida que él y el resto del pueblo vivían.

A pesar de no ser una persona religiosa Louis siempre agradecía por tener a Harry en su vida, para él era una de las mayores bendiciones que habían llegado para iluminar su vida. Por años su cama fue llenada únicamente por su triste alma, sin embargo nunca se quejó de aquello ya que disfrutaba tener espacio y tiempo para él. Por años su cama estuvo ocupada solo por él, pero esa mañana fue distinta.

Esa mañana despertó en los brazos de lo que él sentía que era su compañero de vida. La vida no podía ser mejor, por primera vez Louis pudo sentir que tenía un amanecer bonito. No podía amar más a Harry solo por que ya había sobre pasado cualquier límite conocido para él amor. Se remeció un poco en el abrazo que lo envolvía haciendo que el ojiverde se despertara.

—Buenos días Harry— dijo con una sonrisa formando arruguitas en sus ojos.

—Debemos ir a la panadería— en su rostro tenía una mirada decisiva, dispuesto a ir en ese mismo instante.

—Pero ¿Por qué el apuro?

—Mi madre— dio un largo suspiro tratando de ordenar sus palabras antes de decir cualquier cosa— mi madre siempre trae consigo sus galletas de limón, siempre me daba una porción pero se me han acabado y no se cuando vuelva a ver a mi madre Louis. Quiero mis galletas, quiero a mi mamá.

Harry rompió en llanto y Louis no sabía que mierda hacer.

—Hey hey hey, en el centro del pueblo hay una panadería ¿Te parece si nos vestimos y vamos por galletas de limón?

—Brillante idea Louis, no se como se te ocurrió—dijo en un tono de burla haciendo que Louis se ría— además necesito hablar seriamente con ese panadero.

—¿Y eso a que se debe?

—Ya lo sabrás— dijo mirándose al espejo mientras acomodaba el cuello de su camiseta.

—Bueno, la panadería queda algo lejos pero creo que podríamos ir en bicicleta, mi bici tiene asiento para llevar a alguien así que podríamos ir en ella.

—Genial, mientras no nos caigamos en ella estará todo bien.

Estaban terminando de arreglar sus cosas antes de salir a la panadería y Louis fue al baño para lavar su rostro. Pasaba sus manos con agua para despertar y cuando levanto la vista para verse en el espejo ahí estaba otra vez a un lado de él, su profunda mirada estaba apagada por un cansancio y agotamiento notorio, ningún brillo adornaba aquel rostro y Louis se armó de valor y dijo:

—¿Qué quieres de mi?

《Debes volver a ti Louis, no puedes seguir engañándote abre los ojos, 

vuelve a ti antes que a él》

—Y-yo no comprendo...

《Lo harás... lo harás con el tiempo》

Harry tocó la puerta del baño, el castaño se sobre saltó y cuando miró de vuelta hacia el espejo él ya no estaba.

—Louis ya vámonos, quiero esas galletas.

Salieron por la puerta trasera por un costado de la casa con la bicicleta y emprendieron camino a la panadería. Louis no comprendía muy bien por qué Harry se puso tan sensible por las galletas de su mamá, pero para él no era problema acompañar al rizado a cualquier lado sea cual sea el motivo, además le resultaba nostálgico pensar en Harry y sus galletas ya que así fue el día en que lo conoció pero al menos ahora podrá comer las famosas galletas sin que salgan de un calcetín.

Decidieron que Harry manejaría la bicicleta y Louis iría en el asiento de atrás ya que el castaño no podría con el peso de ambos. Avanzaron unos quince minutos por un camino eriazo y rocoso rodeado de arboles, arbustos y flores cuando la rueda delantera choca directo contra una roca que Harry no logró esquivar y ambos salieron volando por delante de la bicicleta directo hacia un charco de agua producto de los regadíos de la zona.

Cuando Louis cayó en el charco este lo atravesó como si fuese un portal a otra dimensión y terminó en la estación de trenes completamente solo. No comprendía que sucedía y aun no lograba acostumbrarse a esas cosas que el llamaba "trances" que ocurrían con mas frecuencia últimamente. Solo escuchaba el viento susurrando y sentía un miedo creciendo en lo mas profundo amenazando con romperlo en cualquier momento.

Miró al otro anden de la estación y ahí estaba nuevamente él, estiró una mano indicándole que se acercara a las vías del tren para que echara un vistazo pero algo le decía a Louis que no se acerca, su entorno comenzó a deshacerse a su alrededor pasando con velocidad y a lo lejos podía escuchar a su otro yo decirle:

《No podrás evitarlo por mucho tiempo Louis, debes volver a ti》

Cuando volvió a si mismo vio que estaba afuera de la panadería junto a  Harry que estaba a un paso frente el mirándolo con confusión y preocupación.

—Vamos adentro Louis, tengo que hablar seriamente con ese panadero—dijo tomando al castaño de la mano para adentrarse al local.

Su cabeza tenía un revoltijo de ideas y teorías, realmente no sabía el motivo del por qué tenía estos episodios pero tenía claro de que en algún momento va a tener que enfrentarlo y Harry va a estar a su lado para ayudarlo.

—Hola buenas tardes señor, mire usted yo tengo una pregunta muy importante que hacerle— Louis reaccionó cuando escuchó a Harry hablando con el panadero— primero que todo quiero diez porciones de galletas de limón, segundo ¿Cómo diablos convierte un limón en una galleta?

El panadero y Louis se miraron y rompieron en carcajadas mientras que Harry esperaba una respuesta seria a su pregunta.

—Ven conmigo hijo, puedes hacer una tanda de galletas de limón y así aprendes como hacerlas.

Luego de un par de horas amasando y horneando, los jóvenes se despidieron del amable señor y con sus galletas en mano fueron camino abajo a la pequeña playa del pueblo.

—Harry, ¿Por qué lloraste esta mañana por las galletas? se que tiene que ver también con tu madre, pero si realmente la extrañas creo que deberías invitarla a quedarse unos días.

—No es tan sencillo Louis, yo no debería haber venido aquí para empezar, me tomó tiempo lograr venir por ti. Tu eres el único motivo por el que yo este aquí, además no creo que mi madre pueda venir aquí.

Estaban sentados en la arena a unos metros del agua acariciándose con sus cabezas como dos gatos enamorados.

—Louis, creo que debo volver al menos un día para ver a mi madre, necesito aclarar ciertas cosas y preciso de su ayuda.

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"El alma que puede hablar con los ojos puede besar con la mirada"

Remember me || Larry stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora