¿Qué harías si tu primer amor volviera a tu vida justo en el momento apropiado?
¿Tomarías la oportunidad de iniciar desde cero o dejarías que los recuerdos les volvieran a alejar?
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Sentado junto a la ventana un joven vestido casi de gala en contraste con su bufanda navideña favorita, miraba con preocupación el sendero empedrado cubierto de nieve que guiaba hasta la entrada de su hogar.
Usualmente residía en Londres, pero su hogar era el lugar donde estuvieran sus esperanzas, su amor, y la seguridad que todo ser humano desea, en el caso de Louis ese lugar era donde se encontrara su familia. Familia que ruidosamente organizaba todo para que la cena de noche buena/cumpleaños de Louis, fuera perfecta. O se acercara a serlo, pues la familia no estaba completa.
Aunque todos esperaban con emoción a los invitados que con persuasión y tartas miniatura habían logrado convencer de que se les unieran en una noche tan familiar como esa, Louis era quien más ansioso se encontraba. Mas al notar que sus invitados estaban demorados por 15 minutos.
Luego de insistir e insistir Louis consiguió que Annie, su abuela, invitara personalmente a los Styles a pasar noche buena con ellos.
—Eso sería raro, ¿no cariño? —decía la abuela Antoinette, con su precioso acento francés.
—¡Claro que no! La casa se sentirá vacía porque la tía Beth, Taehyung y el tío Seung no pudieron venir. Y es mi cumpleaños, nadie quiere pasar un cumpleaños tan solitario —era cierto lo que decía, pero sin duda se trataba más de una artimaña y dramatismo para conseguir lo que quería. —Además, los conocemos desde que tenía 10, no hay nada de raro en que nuestras familias convivan, es mi cumpleaños —insistía Louis, chantajeando como último recurso.
—Tienes razón. Quizá en unos años, esperemos que sean muchos, nuestras familias podrían tener un lazo político —respondió Annie burlona.
Louis abrió enormemente los ojos antes de que pudiera tartamudear alguna incoherencia, Annie se dirigió a la cocina para recoger algunas tartas y después al perchero que estaba junto a la puerta de entrada para ponerse su saco y salieron con dirección a casa de los Styles.
En un principio el señor Styles no estaba muy convencido, pero Maggie acepto gustosa y el no pudo seguir rehusándose al ver las sonrisas luminosas de sus hijos, sobre todo la de Ginna que lucía algo apagada desde que un par de días atrás Niall se había ido a Irlanda para las festividades por petición de sus padres.
