Capítulo 12.2

149 34 9
                                    


PV Arthit.

Seguíamos sentados en el sofá. Acabábamos de hablar, de aclararlo todo y Kong miraba la nada, yo, de vez en cuando le miraba de reojo. ¿Después de todo lo que dijimos, estábamos callados? Si alguien me lo dice, no me lo creo.

- Kong – le llamé rompiendo el silencio. No me escuchó. – Kong – volví a llamar. – ¡Kong! ¡Kong! ¿¡Kong!? – al fin me miró.

- Lo siento, estaba pensando en cómo hablar con Ohm. Supongo que tendré una charla bien larga con él.

- Creo que es demasiado imbécil para entender. – Me miró sorprendido. - ¡No me mires así...!

- ¿Por qué le llamas imbécil?

- Porque lo es, ¿quién puede engañar a alguien de ese modo y pensar que nunca va a ser descubierto? ¿Por cierto, como se tomó lo de las cuentas bancarias?

- Realmente mal, me gritó y me dejó durmiendo en el sofá. Desde el día que discutimos, es decir, un día después de nuestro primer beso, no he vuelto a hablar con él. Tampoco aparece mucho por casa. Realmente por un momento pensé en que no había hecho bien en pedírselo. Después me acordé de ti y sonreí pensando que sí.

Entrelacé mi mano con la de él.

- Estoy orgulloso de ti. ¡Por cierto! Dentro de poco tengo que ir a dar una charla a una escuela, ¿quieres acompañarme?

- ¿Ya quieres llevarme de viaje? – sonrió coqueto.

- Es aquí mismo, en la ciudad, así que no cuenta como viaje. Pero puedo invitarte a cenar, si quieres, así después podemos convertirlo en una cita – dije esperanzado.

- ¿Qué día es? – preguntó.

- Este sábado por la tarde. Dime que sí... Por fa... - Supliqué. Me miró sonriente.

- Está bien, iré contigo.

- Primero tengo que llamar para decir que llevo a un amigo, ahora vengo – Solté su mano y me fui a levantar. Su mano me cogió del pantalón haciéndome sentar de nuevo.

Como pude me escapé y me puse de pie, él me siguió y me robó un beso en los labios para después volverse a sentar. Mientras caminaba, me giré y le sonreí. Cogí mi teléfono y marqué.

- Hola Nin, soy Arthit... - no me dejó acabar.

- ¡Arthit! ¡Qué agradable sorpresa! ¿Ya te has decidido y por fin has decidido pedir mi mano?

- Nin, estás casada...

- ¡Oh! Cierto.

- Llamo para pedirte un favor, es referente a la charla del sábado, ¿me preguntaba si puedo llevar a un amigo?

- Claro, todos tus amigos son bienvenidos. Lo sabes. No tienes que preguntar por ello.

- Gracias Nin. Nos vemos el sábado.

Volví a sentarme en el sofá y entrelacé mi mano de nuevo con él.

- Ya está, no hay problema. Podemos ir los dos el sábado.

- Ok. Arthit, creo que voy a tener que irme. Tengo que curarme y tengo que preparar las maletas de Ohm.

- ¿Quieres que te acompañe? – dije buscando la forma de pasar más tiempo con él.

- No te preocupes, pararé a un taxi. Se me hará muy tarde si cojo el transporte público.

Hice un puchero, no quería que se fuera tan pronto. Pero ahora lo que contaba es que se curara los ojos. Nos dirigimos a la puerta y le besé. Woooo no podía separarme de esos labios.

- Oye Kong, - dije rompiendo el beso, - ¿te importa si se lo cuento a Pha? No todo lo que hemos dicho, pero si algún trozo.

- No, claro que no. Él es tu amigo, ¿Por qué no compartirlo con él?

Sonreí y me tiré a sus brazos susurrándole gracias y dejándole un beso en el cuello. Me rodeó la cintura y me besó de vuelta. Con mucha lentitud, me fue separando de su cuerpo, cuando vi su oreja sonreí y contesté esa pregunta que me hizo. Me miró sorprendido, noté como su cuerpo vibró. Sus manos se pusieron en mi cintura y dejándome otro beso se fue.

A los pocos minutos, me llegó un mensaje.

"Ese día prepárate, no voy a dejarte dormir porque haré todo lo que me pidas"

Sonreí. Segundos después volvía a recibir otro mensaje.

"Pero primero déjame aclarar todo con Ohm y después daremos el siguiente paso"

-

Tumbado en el sofá marcaba el teléfono de Pha.

- Dime que ya estáis saliendo – la voz de Pha era nerviosa, algo ocultaba.

- No, todavía no. ¿Puedes venir a casa? Así te lo cuento.

- Claro dame diez minutos y estoy allí.

*

Diez minutos después, Pha estaba sentado en el sofá con una cerveza en la mano. Estaba nervioso.

- Arthit, antes de que me empieces a contar, tengo algo que decirte. Esta mañana, me encontré a Kong en el metro. Él me preguntó si lo había visto en el baño con otro, no pude mentirle, así que le dije que fuiste tú quien lo vio.

- No pasa nada, ese tema está aclarado. Va a dejarle – dije feliz.

- Arthit, ¿en serio no aprendes? Pillaste a tu ex, en tú casa, en tú cama tiendo sexo con su mujer.

- Esta vez, siento que es diferente, Kong estaba seguro de lo que me dijo. Iba a hacer las maletas para echarle de su casa. Pha, todavía no estamos saliendo, nos hemos dicho que nos gustamos, pero nada más. Él quiere pasar página, por lo que nos iremos conociendo poco a poco.

- ¿Nada más? – me miró alzando una ceja.

- No nos hemos acostado. Solo nos hemos besado una vez más, pero nada más. Este sábado me acompaña a ver a Nin. La llamé y se lo pedí. Después le llevaré a cenar, será como una cita.

- Arthit, no quiero que vuelvas a sufrir. Ese imbécil te hizo mucho daño. No quiero verte sufrir de nuevo, no te lo mereces.

- Tranquilo Pha, siento que esta vez va a ser diferente.

La luz de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora