Capítulo 5: Lapsus de recuerdos

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Si bien permaneciste a su lado, acompañándola hasta el alba, tuviste que regresar a tu dormitorio antes de que Grace empezara a despertarlos como de costumbre. Y luego fingir amb@s que nada había pasado la noche anterior, como si jamás si hubieran escabullido en medio de la madrugada y los recuerdos de Vanya comenzaran a aflorar.

Después de un tranquilo y silencioso desayuno, llegaría la hora de cumplir con tomar sus lecciones de estudio; en medio de las cuales Reginald debió ausentarse al recibir una llamada.

Al estar sentad@ cerca de Vanya, aprovechaste esos minutos para poder platicar un poco más con ella, así fuera en un tono de voz bajo para mantener la complicidad.

—¿Cómo te sientes hoy? —le preguntaste.

—Un poco mejor, gracias por... —respondió ella, sin necesitar mencionarlo.

Sabías que se estaba refiriendo a acompañarla la noche anterior, hasta que la calma volviera para que pudiera conciliar el sueño.

—No hace falta, descuida —le ofreciste una cálida sonrisa de ánimo—. Pero... —dejaste la sugerencia en el aire, observando al resto de los presentes en caso de que l@s estuvieran escuchando.

—Supongo que quieres saber lo que sucedió —expresó ella, frunciendo su labio pensativa.

Tú asentiste a su pregunta, no solo por curiosidad, sino también por una genuina preocupación por ella.

—Creo que ya he estado allí antes —admitió, dejando escapar un breve suspiro—. Cuando toqué esa puerta, pude recordar algo... —explicó, aunque de inmediato añadiría al no estar segura de si lo era—. Creo era un recuerdo. Sentí como si hubiera estado allí encerrada, cuando solo era una niña.

Te puso al tanto de aquella escena que había recuperado su memoria, de ser llevada hacia esa habitación por su padre y ser encerrada ante la presencia de Pogo como testigo. De solo mencionarlo ella volvía a sentir escalofríos.

—¿Encerrarte a ti? ¿Por qué haría eso nuestro padre? —cuestionaste, aunque no por dudar de su palabra sino para intentar comprender qué lo había motivado a hacerlo.

—Lamentablemente, ni yo lo sé T/N —comentó ella, frustrada—. Ni siquiera soy extraordinaria, no soy como ustedes. ¿Qué tipo de peligro podría representar?

—Si, es muy extraño...

Ningun@ de los dos sabía qué decir, sumid@s en sus propios pensamientos al respecto, y sin hallar respuestas convincentes.

El silencio se vio abruptamente interrumpido en cuanto la alarma de emergencia se hizo eco por toda la Academia, confirmándoles que deberían participar en una nueva misión. Finalizando así por supuesto su sesión de estudio matutina.

—No es un simulacro mis niños, vayan a alistarse —les informó su madre al ingresar a esa sala.

Todos se apresuraron para dirigirse hacia sus dormitorios y así prepararse para la misión.

Finalmente sería la primera vez en la cual participarías, y estabas muy nervios@ por esto.

Vanya había decidido acompañarte para ayudarte, así como lo habías hecho con ella. También Grace estuvo al tanto de ti, como de tus demás hermanos, en todo lo que necesitaran para ir a cumplir con su deber.

—Estoy segura de que lo harás muy bien, tranquil@ —te dijo la Número Siete, intentando animarte.

—Me tranquilizaría mucho más si tú fueras conmigo —admitiste, aunque apenas si habían tenido tiempo para entrenar junt@s.

—Oh sí, iré —asintió—. Aunque no estaré en la acción.

—Bueno eso es... —desviaste tu mirada hacia ella, temeros@ de admitir que te daba cierto alivio en parte—. Al menos no estarás en peligro.

—Y tú tampoco te pongas en peligro, por favor —te pidió.

Se acercó hacia ti para darte un fuerte abrazo, no como una despedida, sino como una muestra de que igualmente estaría allí contigo acompañándote. Ese breve gesto de cariño se vio interrumpido por el eco de la voz de su padre en el pasillo, acercándose hacia allí.

—En 5 minutos los quiero en la sala de reuniones —indicó Sir Reginald.

Debieron apartarse y apresurase una vez más para no llegar tarde al punto de reunión.

La habitación secreta (Vanya y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora