Strange Minds • empezando

capítulo v

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Capítulo 5: la cita y concurso

Damián

Para mi ha sido un día muy largo, sentía que los minutos se convertían en horas el resto de la mañana en el colegio y más luego de  la invitación a la casa de Alexandre.

Realmente estoy muy emocionado.

Me encuentro en la sala de mi casa sentado mirando mi teléfono,  aunque tal vez no sea de los mejores, de algo servía, solo esperando un mensaje.

Dejé el teléfono sobre la mesa y me acerqué a mi gato, el cuál comencé a acariciar  con impaciencia,  claro, pero con cuidado de que no llenara de pelos mi jean azul oscuro, y mi suéter negro.

Luego de un rato, alfin sonó una notificación,  de inmediato solté a Salem y corrí hacia este a leer lo que era.

Alexandre <3 :
Hey, ya estoy cerca, ¿Podrías esperarme afuera?

Al leer el mensaje, corazón se aceleró.

— Mamá,  me voy — Grite cómo si me hubiese entrado un atracon de energía, tomando mi bolso y guardando mi teléfono

— Esta bien, cuidate—  respondió mi madre desde su habitación.

Rápidamente salí a la calle y miré hacia ambos lados, y a lo lejos vi un vehículo deportivo, bastante lujoso, descapotado y el color le hacía resaltar más ... Era rojo

Era él,  cuando me di cuenta este ya estaba estacionado frente a mi.

— Hola — dijo de manera jovial el de hermosos ojos verdes — ¿Estás listo?  -
— Siguió mientras yo no podía quitar mi atención de su deslumbrante sonrisa.

Yo asenti repetidas veces, sonriendole de vuelta, este se bajó del auto y abrió la puerta del copiloto, en ese momento sentí mis mejillas arder como nunca antes, camine a un paso tembloroso y al tener al más alto cerca de inmediato el olor a perfume masculino invadió mis fosas nasales, le detalle por un momento.

Cabello bien peinado, ojos  con una mirada profunda, un jean de mezclilla, una camisa algo ajustada de color blanca, la cual dejaba ver los musculos de sus brazos bien formados, además de sus pectorales.

— ¿Estás bien? — Preguntó algo incomodo, fruciendo el entre cejo, ¿Qué demonios me pasa? El disimular se fue de vacaciones.

Yo solo asenti y subí,  rápidamente al auto y abracé mi mochila con algo de fuerza, de inmediato la puerta se cerró y este camino hacia el otro lado.

— Gracias —Pronuncié en voz baja cuando este ya estaba subiendo y a los pocos momentos arrancó en marcha a nuestro destino.

Este solo respondió  y por un rato siguió un silencio incomodo, este estaba bastante pensativo.
Mientras yo intentaba concentrarme en las calles, pero no podía evitar ver de reojo a mi acompañante... era como un sueño cumplido... pero no del todo. Hay una parte imposible, y es que jamás de los jamases, Alexandre podría fijarse en mi.

Dicen que hay que ser positivo, pero también hay que ser realistas, no todos los sueños se cumplen.

—  ¿Almorzaste? — Preguntó repentinamente dirigiendo su mirada a mi y luego al camino de nuevo.