ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 10 | ʟᴇᴇ ᴍɪɴʜᴏ

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—¿Qué?— es lo único que Félix puede decir igual o más bajito

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—¿Qué?— es lo único que Félix puede decir igual o más bajito.

Minho se paraliza mientras observa tras los ojos del rubio la mirada perdida de Hwang. Puede sentir muy vagamente el desconcierto del australiano, sus entrañas comienzan a revolverse en una emoción inigualable. Poco a poco, una sombra inunda la visión compartida de los Lee, un click hace eco en su cabeza y cuando abre los ojos, unos bonitos orbes le miran con asombro y confusión. Su boquita se abre en una pequeña "o", de ellos exhala un aliento pesado. Cuando se da cuenta, ahora él tiene el mando. Aletea sus pestañas, un cosquilleo le atraviesa el cuerpo, se siente libre, fresco.

Hyunjin siente el corazón palpitar en sus oídos. Acaba de ver cómo era que los ojos de Félix cambiaban de un café titilante a un negro profundo, a una hipnotizante galaxia. La saliva se le atora, cree que de nuevo, su mente quiere jugarle una mala pasada, que el cansancio está haciendo de las suyas, pero Lee parpadea y Hyunjin deja de respirar.

Un céfiro atraviesa el auto, le hace suspirar por lo frío, se pregunta efímeramente porqué carajos hay brisas dentro de un lugar cerrado. Pero nada es tan importante en su mente cuando ese vientecillo atraviesa las facciones del pecoso frente suyo, y aquella se lleva consigo el rostro de Félix, evapora las pecas, los labios chonchos, el rubio de su cabello. El céfiro acarrea todo y en su lugar, deja el rostro que él había visto horas atrás.

Los labios delgados que sintió estaban ahí, el castaño de su cabello, lo pálida y preciosa de su piel debajo de la luz que podía entrar por las ventanas, y cuando sus ojitos sorprendidos captaron los otros profundos; sólo pudo decir una cosa.

—Minho...

El viento, el ente, el airoso al fin puede sentir, siente la pesadez de su cuerpo, la luz golpear su piel, siente las manitas suaves del pelinegro acariciar sus mejillas. Siente la mirada del chico atravesarlo, puede sentirlo. Sus ojos se aguadan, su pecho goza la sensación que le atraviesa por primera vez. Lee no puede moverse, no sabe qué hacer. Las emociones, aquellas que tanto tiempo había deseado sentir ahora lo golpean de formas abismales, le acarician el alma, le besan el corazón, descargan la pesadez que había estado reteniendo en su corpórea alma.

Suspira mientras sonríe de a poco, coloca su mano encima de la de Hyunjin. El tacto parece despertar al chico del trance en el que seguro había estado sumido. Cuando la primera lágrima cae de los ojos de ambos hombres, un brillo los ciega y recuerdos los atraviesan.

—¡Suéltenme!—grita desesperado.

—¡Déjenlo en paz, él no hizo nada!—llanto desgarrador sale de sus cuerdas mientras observa al amor de su vida ser llevado al borde del acantilado.

La marea grita furiosa, remolinea sus olas tratando de ser escuchada. La marea está indignada, pero nadie se percata de ello, ignoran las súplicas que lanza tratando de defender al chico que arrastran. La luna se lamenta, quiere intervenir pero La Noche no le deja.

WIND | ᴍɪɴᴊɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora