El sudor recorre su piel, lo hace sentirse acalorado, pegajoso. Sus piernas duelen por el esfuerzo continuo, su cabello se pega a la piel de su frente y mejillas, el largo comienza a ser un estorbo. El golpeteo constante de sus pies con el suelo resuena en el salón de ensayos, la coordinación con su grupo los hace sonreír victoriosos, al fin se organizaron, no tendrían que soportar más regaños de la profesora Adeline.
La canción llega a la cúspide, todos dan lo mejor de sí para alcanzar el coro a tiempo y no salirse de ritmo. El cambio de lugar llega y es cuando la felicidad acaba y con ello, el equilibrio de Hyunjin.
—¡Hyunjin! —el grito de Adeline resuena en el lugar, el susto del golpe le ganó a su enojo y la formalidad con la que siempre les habla. —Joven Hwang, ¿está bien?
No, no estoy bien. Arruinó el baile, le queda un maldito día para encontrar pareja y el que ayer se escapara con Minho para divertirse y dejar de pensar en ello no ayudaba mucho ahora que le venía a cobrar la cuenta.
—Sí, profesora. —dice.
—Ayúdenlo a levantarse, chicos.
Dos de ellos se acercan a Hyunjin, a quienes reconoce como Yeonjun y Beomgyu, ambos con una rivalidad eterna que nunca comprendió. En cuanto se pone de pie siente un tirón en la rodilla, no se alarma porque sabe que los raspones aún no sanan y se negó a ser curado por Minho de otra manera que no fuera con gasas y agua oxigenada. Se arrepiente por ello pero no hace ninguna mueca, no quiere que lo descansen por una tontería.
—Hwang, vaya al baño y refrésquese, lo necesito enfocado. Cuando decida dejar de pensar en otras cosas que no sea en coordinar sus pies, vuelve. —Hyunjin baja la cabeza y asiente. —Los demás; desde el incio.
Mientras camina al baño se maldice internamente por no saber separar sus problemas personales de su baile, un profesional no deja que sus cosas influyan de manera negativa como él hizo. Entre tanto insulto mental y miradas gachas por lo apenado que estaba de ser un estúpido, llegó a su destino. Las gotas frías del agua acariciaron su rostro mientras sus ojos se cerraban y sus manos se sostenían de la orilla del tocador de granito. Tenía que poner en orden su mente antes de consumirse y explotar en cualquier momento. Sentía que se ahogaba, su pecho rasguñando por un descanso. Él mismo creía que se hacía líos en un vaso a medio llenar. Rídiculo, él era un payaso. Otros tenían problemas reales, ¿por qué se sentía así sólo por una estúpida competencia?
Entonces de a poco, entendió que, no era la competición en sí. Sino, lo que venía acumulando desde que se desmayó. Lo que conllevaría ver a alguien más ganar el lugar que él sabe que merece, por el que ha sudado lágrimas de sangre tratando de ser el mejor de esa maldita academia. Desea poder sentir que todo ha valido la pena, que no desperdició tres putos años persiguiéndolo. Que no fue un imbécil al entrar ahí desde un principio sólo por él.
Una lágrima cae y se camuflajea con las gotas de su rostro.
—¿De verdad vendrás conmigo?
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WIND | ᴍɪɴᴊɪɴ
Hayran Kurguᴛᴏᴅᴏs ᴅᴇsᴇᴀᴍᴏs, ᴛᴏᴅᴏs ǫᴜᴇʀᴇᴍᴏs. ᴇʟ ᴠɪᴇɴᴛᴏ, ᴇ́ʟ ɴᴏ ᴅᴇʙᴇʀɪᴀ ᴅᴇsᴇᴀʀ, sᴇɴᴛɪʀ. ᴘᴇʀᴏ ʟᴏ ʜᴀᴄᴇ, sᴇ ᴇɴᴀᴍᴏʀᴀ. ☁︎︎ | ᴏ ᴅᴏɴᴅᴇ ʜʏᴜɴᴊɪɴ sᴀʟᴇ ᴀ ʟʟᴏʀᴀʀ ᴅᴇsᴘᴜᴇ́s ᴅᴇ sᴜ ʀᴜᴘᴛᴜʀᴀ ʏ ʟᴀ ɴᴏᴄʜᴇ ʟᴇ ᴄᴏɴᴄᴇᴅᴇ ᴜɴ ᴅᴇsᴇᴏ ᴀ sᴜ ᴀᴍᴀɴᴛᴇ sᴇᴄʀᴇᴛᴏ. 𖠌 ᴇsᴛᴀᴅᴏ: ᴇɴ ᴘʀᴏᴄᴇsᴏ 𖠌 ᴄᴏɴᴛᴇɴɪᴅᴏ:...