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— Necesitamos hablar con Hyunjin, él no había tenido jamás un ataque de pánico así. Algo está mal con Hyunnie, no nos está contando todo.
Los tres chicos esperaban la llegada del mejor amigo del pelinegro. Le llamaron en cuanto abandonaron la habitación del chico, creyendo que Han tendría las respuestas que ellos no. Ciertamente estaban en lo correcto. Jisung estuvo ahí cuando el doctor les contó sobre la salud de su amigo, y no, no era mortal pero sí preocupante. Hyunjin estaba desnutrido, no había estado comiendo bien, sumando la hipotermia, el estrés y tristeza en la que estaba sumido no eran buenas combinaciones.
Algo debió haber detonado todo eso, ocasionando lo que ya todos habían presenciado, pero, ¿qué?
Atentos escucharon la explicación del recién llegado, sentándose en los sillones y tomando chocolate caliente que Felix había preparado. Seungmin se intrigó de más al ver que el rubio no dejaba de mirar por las escaleras, atento a cualquier ruido proveniente de la planta de arriba. Nadie más lo notó puesto que estaban sumidos en los detalles que su pareja les decía.
— ¿Entonces por eso pidieron alargar los días de descanso de Hyunjin? — preguntó Jeongin, entendiendo ahora todo el contexto del porqué su hyung faltó casi dos semanas al trabajo.
— Sí. Cuando volvió de Mónaco fue que todo se vino para abajo, se regresó solo y no avisó a nadie. Me enteré por Nayeon que habían terminado, entonces cuando fui a su casa para ver si había vuelto, se desmayó y lo demás ya lo saben. — Han respondió con una mueca.
— ¿No sabes qué fue lo que los hizo acabar así? Digo, todos sabemos que ellos estaban hasta el culo del otro. Es... raro que en un fin de semana todo se fuera al carajo. — Changbin sonaba genuinamente confundido. Todo estaba revuelto y necesitaba entender mejor aquello, necesitaba saber cómo ayudar a Hyunjin.
— No podemos contarles si Hyunjin no lo ha hecho. Por algo no les dio detalles, chicos. — Seungmin intervino. — Es su privacidad y si decirles solo lo primordial es más cómodo para él, deben entender. — sonrió, tratando de aligerar el peso de sus palabras. Hyunjin tampoco le había dicho a Han y a él cómo habían terminado, pero se hacía una idea de lo mucho que su amigo sufría. Después de todo Bang fue el novio prodigio, ganándose hasta el cariño de ellos.
— Sí, entiendo, sé que no nos debe explicaciones, pero... Hyunjin ya no sonríe como antes. — In habló. — Me da miedo pensar que podría caer en depresión, dejar de ser él o que su brillo desaparezca. Hyunjin se volvió demasiado importante para mí, hyung. Estuvo conmigo cuando salí de mi casa y todo se me vino encima, quiero estar para él ahora... No quiero que crea que está solo. No es así. — frenó las lágrimas que querían salir al recordar todo mientras hablaba.
— Innie, estoy seguro que Hyunjin sabe que cuenta con ustedes. — dijo Han. — Pero démosle tiempo, quizá eso necesita. No hagamos de su crisis un circo, eso sólo lo hará sentir peor y sabemos que Jinnie se preocupa mucho por no darnos problemas. — miró a todos, incluido al pecoso que escuchaba todo atento. — No hagamos como que nos vale lo que le ocurrió hoy, pero no preguntemos de más ni lo traten como si estuviera enfermo. Creo que así ayudaremos más. ¿Está bien?
