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—"No vamos a tener sexo, tienes que comer"—dice Hyunjin burlesco, balancea sus piecitos en la silla.
—Calla, abre.—la cuchara es depositada en la boquita de Jin.
—Pwro esh dimvertido.—pronuncia con la boca llena. Minho arruga el entrecejo y golpea su frente con el índice.
—Mastica antes de hablar, cochinito.
Hyun sonríe con la boca cerrada y mastica, sus piernas no tocan el suelo porque Min lo tiene en su regazo de forma nupcial. Habían tomado una ducha rápida. Sí, una ducha de sexo rápido y después de eso se vistieron con unos bóxer nuevos. Esta vez, el pelinegro le prestó sus joggers más grandes para evitar más interrupciones en la plática que tenían pendiente. Hwang usaba una camisa ancha y unas bermudas.
Minho le alimentaba con una sonrisita dulce, embelesado por la forma en la que las mejillas del más bajo se abultaban al comer. Se dio cuenta que un rubor sutil siempre adornaba su carita y eso le hizo sentir un aire cálido en su pecho. De nuevo, por millonésima vez.
El hombre demandante en el sexo, ¿donde quedó?, piensa Hyunjin.
—Acabé.—dijo abriendo sus manitas y boca frente a los ojos del felino.—Dame, dame, me toca darte de comer.—abre y cierra sus palmas, se estira queriendo tomar la cuchara de las manos venosas. Cuando lo logra sonríe triunfante.—Abre grande, Minhoney.
Y Minho desfallece cuando el apodo cariñoso sale de los bonitos labios contrarios.
—Di "aaah"
Lee hace caso y se deja alimentar por su pequeño, acariciando la diminuta cintura y sonriendo ensimismado. Hyunjin suelta risillas ensoñadas, el castaño le sigue y para cuando se dan cuenta, la comida ya no está y ambos no pueden dejar de alzar sus comisuras en un gesto amoroso.
Ambos sienten que podrían morir justo ahora y no se arrepentirían, se irían felices y con recuerdos nuevos que atesorar hasta volver a nacer.
La sonrisa de Minho tiembla al recordar su trato con La Diosa Luna.
Sale de la cocina y encuentra a Hyunjin sentado en el suelo, no se percata de lo que hace hasta que se acerca y le mira totalmente concentrado en doblar y separar la ropa limpia por colores. Sonríe enternecido cuando el ceño fruncido y la lengüita de Hyun se asoman en sus facciones. Decide no interrumpir y comienza a doblar sin decir una palabra, no hace falta cuando con una mirada pudo preguntar y recibir un asentimiento como respuesta.
Hwang siente que algo anda mal, lo nota en las expresiones perdidas y miradas tristes que Minho pone cuando cree que no le mira. Lo tenso de su cuerpo cuando se abrazan y duran así un rato, casi como si recordara algo y decidiera reprimirlo al punto de dolerle físicamente. Sabe que le contará, no quiere presionar, pero comienza a inquietarle en demasía no saber algo que posiblemente esté ligado a él.
