ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 12 | ʟᴀᴅɪɴᴀ

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El llanto había cesado, los suaves sube y baja en su espalda habían logrado su cometido

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El llanto había cesado, los suaves sube y baja en su espalda habían logrado su cometido. Ahora estaba abrazando al castaño con fuerza, su cabeza enterrada en el cuello, disfrutando del olor a tierra mojada.

Los constantes reproches habían callado al sentir los brazos contrarios apapachar su anatomía. Eran dulces las caricias en sus cabellos, eran confortantes los besitos en su coronilla, era magnífico la forma en la que los susurros le hacían sonreír ligeramente mientras su nariz roza en la piel de Min.

Poco a poco se separan, Hwang en seguida se apenó y se levantó, su mirada siendo atrapada por la de Lee, quien le miraba sereno. De verdad parecía un gato, esos ojos perspicaces, casi como si pudieran leer dentro de él, como si pudiera saber con exactitud sus pesares y pensamientos. Sus entrañas se revolvieron de nuevo, el vuelco en su corazón, el palpitar incesante. Se sentía feliz.

Minho pudo ver como cerraba los ojos, algo en él doliendo de nuevo al observar las batallas internas que su chico tenía. Se daba una idea de lo difícil que era poder entender, de lo confuso que sería tener la herida, los sentimientos de un amor marchito y los de otro que venía desde tiempos que se creían extintos.

Quiso poder ser egoísta, quiso besarle y decirle que él estaba ahí. Que él le amaba, que lo dio todo con tal de estar a su lado. Anheló poder adorarlo como lo hizo tiempo atrás, decirle que esperó, que siempre estuvo a su lado. Quiso decirle que él no se iría, que él le mostraría la banalidad de las cosas, le enseñaría los atardeceres más hermosos, lo amaría de noche, de día y cada segundo de sus efímeras existencias. Sin embargo, de nuevo, calló, observó a su niño de ojos ansiosos y le sonrió. Trató de transmitirle paz con su mirar, de calmar sus pesares con una sonrisa sencilla.

Trató y lo logró.

—¿Estás mejor, Jin?—pregunta desde su asiento en la cama.

Hyunjin asiente, pasa sus manitas hechas puño por sus ojos llorosos. Suspira y por fin habla.

—Perdóname, siempre lloro por todo. Es solo que es demasiado, me confunde tener tanto ocurriendo dentro de mí. —dice caminando de aquí para allá. Minho se enternece por millonésima vez.—Es como si supiera todo de ti, pero en realidad no. Siento como que sabes todo de mí, pero tú conoces al Hyunjin de una vida de la que sólo tengo recuerdos y sensaciones. Me siento bien estando contigo, es... como si pudieras ver todo de mí y entendieras hasta el ritmo de mi palpitar. —suena frustrado, ¿pero ensoñado a la vez?— Estoy feliz de que estés aquí, mi corazón late muy rápido. Siente, siente, no miento.—toma la mano y la coloca en su corazón. Minho se sorprende de los latidos apresurados del pelinegro. Le mira sonriendo con los ojos, ensimismado. —¿Ves? Es todo muy raro... —continúa caminando, sus manos toman su cabeza y niega.—Me siento culpable de estar feliz porque sé que te amo más de lo que amé a Bangchan.

WIND | ᴍɪɴᴊɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora