16. Signos de agua

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Honne.

Las madrugadas eran complicadas, en especial cuando nos enteramos que la "Señora escorpio" los quitó de su casa. El día de su cumpleaños.

La pobre Vero tuvo que despertar, ir obligada a recoger a Luka pese a que no le caiga bien y negociar por otra habitación en el hotel aunque le hubieran dicho que estaban todas ocupadas. Consiguió que le expandieran la suya así que eran cuatro personas en un cuarto de lujo mientras yo me desvelaba encerrada en el mío.

Amaba que en internet se pudiera vivir en anonimato, porque sería bochornoso que los fans supieran que estaba dispuesta a que Zeke Jaeger y su hermano me rompan las costillas. Incluso con un teléfono en la mano me costaba no aburrirme si no hacía nada pendejo.

En la mañana de manera nada escurridiza ni invasiva me escabullí con ellos, no me gusta estar sola y sus conversaciones parecían ser más interesantes que mis libros. Eso era mucho decir.

—Entonces, está prohibido —aclaró Mar, me pegué más a la pared—. es estúpido, por favor Luka.

Tuve cuidado de que no me vieran, me quedé en la oscuridad del pasillo antes de la zona principal. Cualquiera que me viera pensaría que estaba intentando robar algo más que corazones, solo logré entrar gracias a que Vero me dio la copia de las llaves para que se las guarde. Su noche debió ser agitada.

—¿De verdad no leíste el contrato? —le reclamó— por supuesto que no se pueden coger, esto es un trabajo. Una obligación. No es un reality gringo.

—¡Es tontísimo! ¿Para qué somos pareja si no podemos tener nada?

Oh.

Me llevé la mano a la boca desesperada por no soltar un jadeo, de pronto el calor recorrió mi cuerpo y el espejo enfrente mío me delató. El color de mis mejillas por poco le hizo competencia a mi labial.

Calma, puede estar hablando de otra pareja.

—Primero que nada porque no hay que mezclar lo profesional con lo amoroso, ahora mismo tu imagen vale más que cualquier romance de verano ¿Me ves teniendo algo con Vero? No. Porque está mal, además no tienes oportunidad con Honne.

No puede ser.

—No hacía falta ser tan cruel en el nombre de ser honesto.

—Mar, usa la cabeza.

—Lo entiendo —terminó, oí sus tacones chocar contra el piso—. además era una simple pregunta, no es como si Honne me interesara. Solo estoy hormonal, pronto me baja. —le creí, se oía enfadada.

—Perdona si fui grosero, no creo en el amor.

Casi fallezco cuando Kalum atraviesa el umbral de la puerta, iba con los audífonos puestos tan ocupado que ni siquiera notó mi presencia. Me pregunté en qué andaba Verónica cuando mi teléfono vibró, la adrenalina que sentí no la tuvo ni Toretto por su familia, salí despegada de allí esperando que me ignoraran.

Desvié mis pensamientos de recordar lo que dijeron, me convencí a mí misma que escuché mal porque no había ni una remota posibilidad de que Mar sea tan atrevida y encima le gustara yo, ¿Por qué le gustaría alguien así? Somos opuestas.

Su conversación se me olvidó al ver el itinerario de lo que haríamos esa semana, desde hace rato que no teníamos una cita, que nos vieran juntas en los conciertos bastó. Así que la primera vez que nos dejaron vagar por México a mostrar la ropa costosa que nos regalaban las marcas, fue sorprendente que hayamos coincidido en ir a los mismos sitios.

Aunque era mentira, de hecho fuimos juntas a comprar regalos para los hermanos.

Por andar escondiéndonos así tener poder hacer una mini fiesta sorpresa, Vero tuvo que encargar de llevarnos y dejarnos en un sector repleto de tiendas. El estilo de mi novia falsa iba cambiando para adaptarse al mío, se acomodó los lentes negros antes de tomarme la mano puesto que que había fotógrafos cerca.

Si ellos supieranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora