Italia, ciudad de Florencia, año 1350
Alrek Einar
Hubo un tiempo que mi búsqueda me llevó a la hermosa Italia, ciudad de la pasión y de los amantes: Florencia. Estuve unos años viviendo allí, amasando una reputación impecable y una fortuna cuantiosa que me permitiera moverme por las altas esferas sin levantar sospechas, gracias a mi trabajo de telas tuve acceso a información privilegiada que circulaba de boca en boca de señoras de bajo estatus y otras de reconocidos abolengos, me costó encontrarla en principio, no parecía reconocerla en ningún rostro sano ni enfermo, también tenía que tener mis reservaciones porque las plagas estaban en su apogeo y la gente evitaba interactuar con otras, pero las enfermedades eran inevitables por el modo de vida insalubre y la temperatura del país que propiciaba esos brotes. Un caluroso día de verano habían entrado varias mujeres con sus criadas a ver mis telas, murmuraban entre sí en aprobación por la calidad de las mismas y se llevaron distintas medidas para crear sus ropas, fue un día movido y ajetreado, mi sastre estaba adolorido en las manos por tomar tantas medidas y usar la navaja para cortar las telas.
—Ya falta poco para cerrar, Dante —le dije para calmarlo y él suspiró con una sonrisa dibujada en sus labios, entendía su agotamiento y precisamente este local no era muy fresco que digamos, escuché unas voces aproximarse a nosotros y sonreí amablemente para atender a las dos mujeres que habían llegado.
Ah, ahí estaba ella, la reconocí al instante. Iba con su criada a la par, quien no paraba de hablarle sobre la fiesta de la familia Di Orggiano y que debería verse lo mejor posible ya que su madre se había esforzado tanto en arreglar esa unión matrimonial, ella parecía un poco retraída y se notaba que no quería hablar del tema, dejaron de hablar cuando me vieron y la mujer se acercó a mí con su brazo enganchado en ella.
—Noble señor, buenas noches —saludó la mujer y mi amada simplemente hizo un asentamiento, sus ojos recorrieron mi cuerpo desde los pies hasta llegar a mi rostro y ahí tuve la seguridad de que era mi eterna amada: ojos ámbar, pelo castaño brilloso y largo que le llegaba hasta la cintura, cayendo sobre su espalda en delicadas ondas y algunos mechones enmarcaban su delicado rostro en forma de corazón, sus rosados labios se apretaron en una fina línea y las comisuras de sus labios se habían elevado un poco: estaba reprimiendo una sonrisa, parece que le gustó lo que vio.
—Veo que estáis buscando algo para una noche importante, mis señoras —comenté mientras mantenía mi mirada en ella, con su mano acomodó un mechón atrás de su oreja y pude ver el pequeño lunar que adornaba la esquina de su ojo.
Mmm, adorable.
—Mostradnos las mejores telas que tenga, es una noche importante para mi niña —pidió mientras sonreía con orgullo y le daba unas palmaditas a la mano de ella, ella suspiró.
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Por Los Siglos de Los Siglos
FantasyÉl está pérdidamente enamorado. Él es inmortal. Ha vivido muchas vidas. Y en todas siempre estuvo ella. Ella es mortal, pero su alma no. Ella siempre renace, pero con una característica que ayudará a su amado a encontrarla en las siguientes vidas. ...