Capitulo 2

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Alrek Einar


Despierto en el sofá, siento como si mi cabeza se estuviera partiendo en dos de la jaqueca que tengo, me levanto y me encierro en el baño para dejar que el agua de la ducha se lleve todo lo que pasó anoche, el agua caliente ayuda con mi dolor de espalda por dormir mal y me relaja un poco para el día que me espera. Dabria se atraviesa en mi mente, realmente espero verla hoy, aunque no sepa cómo controlarme cuando la vea.

¿Ella me recordará?, ¿pensará en mí y en nuestro pasado?

¿Estará con alguien ahora?

Esa pregunta hace que la sangre me hierva inmediatamente, realmente necesito saberlo. Recuerdo que soy su profesor ahora y eso dificulta mucho las cosas, no quiero meternos a ambos en un enorme problema.

Salgo de la ducha, me seco con una toalla y me dirigo al dormitorio mientras calculo el tiempo que tengo hasta llegar a la universidad. Creo que tengo tiempo, me pongo un jean azul oscuro junto con unos zapatos negros y una camisa celeste claro que me ajusta un poco, peino un poco mi cabello húmedo con los dedos con gel hasta hacerlo un pequeño peinado hacia arriba con los mechones de adelante, voy rápido a la cocina y preparo algo de cereal con leche. Cuando termino de desayunar, lavo lo que ensucié y apago las luces antes de salir con maletín en mano, bajo las escaleras hasta llegar a la calle y abordo mi auto con dirección a la universidad.

Mis manos se cierran y se relajan repetidas veces sobre el volante en un acto ansioso al pensar que posiblemente la vea hoy, siento mi corazón latir con ansiedad y respiro varias veces para calmarme. No demoro en llegar a mi lugar de trabajo, estaciono en el estacionamiento para profesores y me dirijo con paso algo rápido a la sala de profesores. Saludo a mis colegas, blanqueo internamente los ojos al ser recibido por la molesta profesora que me coquetea todo el rato, intento ser lo más cortés posible con ella y me dirijo a mi aula donde impartiré la clase del día.

Llegó el momento, espero que no pase nada hoy y que todo sea ameno.

Entro al aula y saludo a los alumnos de forma cortés, mis ojos recorren los diversos rostros de mis alumnos en aquella enorme aula en una búsqueda inconsciente. Mi mirada no tarda en encontrarla, ella está conversando con una compañera y su sonrisa logra anular la sinapsis de mis neuronas. Me obligo a concentrarme y comienzo la clase sin demora, todo mientras intento no mirarla, pero por dentro muero por ella.

 Me obligo a concentrarme y comienzo la clase sin demora, todo mientras intento no mirarla, pero por dentro muero por ella

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Dabria Aland


Intento calmar mi corazón mientras intento que mi atención se enfoque en la clase, pero es inútil porque mi mirada no deja de recorrer su cuerpo mientras mi mente inventa mil y un escenarios de las cosas que me haría con esas manos grandes.

Basta, Dabria. Tienes pareja, viven juntos y lo amas.

Mis ojos detallan cómo las mangas de su camisa aprietan sus brazos, que se flexionan y estiran varias veces mientras imparte la clase y gesticula al hablar. Observo su corto cabello bicolor moverse un poco mientras camina y habla sobre un tema al que no le estoy prestando atención en absoluto, se da vuelta a la pizarra para escribir algo y mi mirada vuela a su trasero marcado por el pantalón.

Por Los Siglos de Los SiglosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora