Tres

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Anahí y Nick alzaron las cabezas al unísono. Fue solo un instante, pero durante ese breve momento, la joven no reconoció a Alfonso, del mismo modo que no había reconocido el tono áspero y amenazador en su voz. Sus facciones estaban rígidas, y parecían haberse oscurecido por los celos.

—Ah, Herrera... Lo siento, no lo había visto —farfulló Nick quitando la mano del hombro de Anahí y levantándose—. Simplemente estaba saludando a Anahí y diciéndole lo bien que le sienta ese traje de baño

Alfonso dio un paso hacia él, con el agua chorreándole por todo el cuerpo.

—Pues la próxima vez que se le ocurra decírselo con las manos, tendrá que vérselas conmigo, ¿me ha entendido? —masculló.

Anahí se puso de pie como un resorte. ¿A qué venía aquel numerito?

—¡Alfonso! Eso ha sido una grosería.

Nick se había quedado mirando a Alfonso con una sonrisa burlona en los labios, pero cuando Anahí intervino en su defensa, se volvió hacia ella y la sonrisa se tornó empalagosa.

—Está bien, Anahí, no pasa nada, lo comprendo —se giró otra vez hacia Alfonso—.Obviamente él siente la necesidad de defender su territorio: he captado el mensaje.

—Más le vale —masculló Alfonso mirándolo con frialdad.

—¡Alfonso! —volvió a reprenderlo Anahí.

—¿Qué? —le espetó él irritado—. ¿Este tipo se pone a sobarte y me dices que no te importa? Pues a mí sí que me importa.

Anahí estaba poniéndose roja como un tomate y, olvidándose de Scallon, agarró a Alfonso de la mano y lo arrastró hasta una arboleda alejadade la orilla, donde no podrían oírlos ni verlos.

—¿Qué diablos crees que estás haciendo? —le gritó a Alfonso. Estaba furiosa, y no había pasado tanta vergüenza en toda su vida.

—Todo el mundo cree que somos pareja, ¿no? Bueno, pues no creo que esperen queme quede mirando mientras un pervertido toquetea a mi novia.

Anahí quería estrangularlo.

—***** —masculló—. Si fueras mi novio de verdad te mataría por comportarte como un Neandertal.

—Bueno, no te pongas así, lo siento. La verdad es que me hizo saltar. No me gusta que te manoseen así, aunque sea solo tu amigo —Anahí aún no le había soltado la mano, y Alfonso se la apretó suavemente.

La joven al fin sonrió un poco.

—Están todos esperando que salgamos, ¿verdad? —inquirió sin atreverse a asomarse fuera de la arboleda.

—Me temo que sí.

—¿Qué hacemos? ¿Esperamos un poco? —Probablemente lo más acertado sería un beso de reconciliación antes de volvera nuestro sitio.

—Alfonso... —protestó ella frunciendo los labios.

—¿Qué? Es lo que estarán esperando, que cuando salgamos parezca que hemos hecho las paces. Además, necesitamos practicar un poco antes de hacerlo en público. Y para que realmente parezca que nos hemos estado besando, tendremos que...

—Me hago una idea, Herrera —lo interrumpió ella azorada. Por alguna razón de repente se había vuelto muy consciente del hecho de que Alfonso solo llevaba puesto un bañador, y se notaba la boca seca—, así que cierra el pico y bésame antes de que me arrepienta.

—Y dicen que el romanticismo ha muerto... —murmuró él sarcástico.

Aquella vez Anahí estaba preparada para el beso. Incluso se humedeció los labios automáticamente antes de que él inclinara la cabeza. «Es solo Alfonso,es solo Alfonso, Alfonso...», se repetía mentalmente una y otra vez. Sin embargo, muy pronto le resultó imposible seguir concentrándose en aquellas palabras.

Amigos y Amantes | Terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora