Capítulo 4

35 3 1
                                    

"Rosas rojas"

Después de un rato me aburrí de estar con aquellos tipos fumando hierba y opinando sobre el capitalismo, así que me levanté de aquel sofá sucio mientras caminaba directo a la perdición, estaba totalmente ebrio y drogado mirando a una chica que posiblemente tenía algún tipo detrás de ella, me miró tan fijo, me acercó los labios al oído.
–Ven a mí, salgamos de aquí–
Así que tomó mi mano mientras sentía el calor que desprendía, la seguí al baño de aquella casa, la música estaba tan alta así que no nos preocuparía el ruido que podríamos ocasionar, cerramos la puerta, miró mi cara ebria, me tocó la frente para después besarme de una manera increíble, me besaba bastante bien que su cuerpo comenzaba a sentirse caliente, me besaba el cuello mientras yo acariciaba su pierna de un lado a otro, tocaba mi rostro para sentir su saliva en mis labios, sus manos bien podrían ser como una flama azul mientras mi pecho era ese metal que se fundía al tacto.
–¡Tócame!, quiero que me toques tan suave–
No sé que me excitaba más, si su voz o la manera en que su lengua se movía en mi boca mientras le escupía, tal vez era la manera en que me tocaba mientras me decía cosas al oído o tal vez era la manera en que acariciaba mi cabello mientras ella posaba encima del lavabo, no quisimos perder tanto el tiempo que opté por subir aquella falda de cuadros negros, así que mientras la tomaba por la cintura ella gentilmente lamía mi dedo y lo frotaba entre sus labios, tal vez fue el mejor sexo que tuve, pero al menos esa noche no estuvo mal. Fue divertido romper aquel lavabo y salir bastante asustados porque alguien nos haya visto.

La fiesta aún seguía y todos estaban totalmente ebrios, nos sentamos en una esquina de algún cuarto sucio mientras la luz de luna iluminaba la ventana, ella sacó de su bolsa un poco de hierba, (a esas alturas ya nada me importaba) así que fumamos ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La fiesta aún seguía y todos estaban totalmente ebrios, nos sentamos en una esquina de algún cuarto sucio mientras la luz de luna iluminaba la ventana, ella sacó de su bolsa un poco de hierba, (a esas alturas ya nada me importaba) así que fumamos aún más, me quiso contar de su vida pero pasaba tan raro el tiempo que no le prestaba la suficiente atención.
–me pareces interesante y guapo- ¡quiero que pruebes esto!–
Esa chica había sacado una jeringa de su mochila.
–¿Qué es eso?–
Ella con una sonrisa en los labios me contestó segura de si misma
–Es un poco de heroína o pasta, no importa como la conozcas, es la primera vez que la consumo y por lo que veo me voy a divertir aún más–
De hecho yo estaba tan pasado de alcohol y sustancias así que no quise probarla pero me quedé con ella para no dejarla sola en la habitación, amarró su brazo con una prenda que estaba en el suelo y se inyectó aquella sustancia, se recostó en mis brazos cariñosamente, juro que a pesar de no estar consiente me sentía bien, después de un rato ella me dijo que podía ser su mejor "amor pasajero" o "amor de peda".
–¡Dime que estaremos juntos de nuevo!– ¡dime que nos volveremos a ver!–
Después de decirme eso cerró sus ojos, a lo cual mi cuerpo no aguantaba más así que dormí a su lado. Después de un rato no sentía su pulso, no sentía su respiración, lo peor fue cuando dejé de sentir calor en su cuerpo, me desperté agitado y la movía.
–¡Maldita sea despierta!– ¡Despierta chica, hazlo!– !!!POR FAVOR DESPIERTA!!!–
No debí dejarla consumir eso, me levanté lo más rápido que pude y escapé por una ventana dejando el cuerpo de aquella chica en el suelo, mientras corría asustado podía sentir lo miserable que era, ¿Cómo podía reír por fuera y llorar por dentro?, No sabía para dónde ir porque estaba bastante mal, pero a lo lejos pude ver un lugar en donde refugiarme así que corrí lo más rápido posible, caí al suelo mientras mi espíritu moría esa noche, me refugie en algún lugar abandonado en donde comencé a llorar, pensé que estaría todo bien pero fue una mala idea haberme cruzado con aquella chica, no debí conocerla y ahora sentía tanto miedo por presenciar su muerte, su cuerpo yacía muerto en el suelo, ¡sabrá Dios! que tantos proyectos tenía o que tan difícil fue su vida, mi cuerpo temblaba mientras vomitaba en una asquerosa pared, me puse a llorar porque no podía hacer nada en ese momento... "por más que la rosa sea roja siempre lleva espinas", así que me quedé tirado una vez más, otra vez estaba fracasando.

 "por más que la rosa sea roja siempre lleva espinas", así que me quedé tirado una vez más, otra vez estaba fracasando

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Memorias en japonés 日本語の思い出Donde viven las historias. Descúbrelo ahora