Memorias en japonés 日本語の思い出

Capítulo 5

"Rosa limón"

Desperté en aquel lugar abandonado en donde se sentía el frío hasta los huesos, yo estaba en el suelo con la ropa sucia y con olor a orina en los pantalones, no recordaba como había llegado o que había pasado antes, me levanté para marcharme a casa pero sentía tantas náuseas, lo máximo que pude hacer en ese momento fue levantarme para vomitar todo lo que había consumido la noche anterior, aún así no podía quedarme en ese lugar. Entonces decidí caminar por mi cuenta a casa, la resaca fue un asco, el mareo y el sudor excesivo no me ayudaban en lo absoluto, caminar se me hizo eterno pero por fin había llegado a casa, me bañé y le dí comida al gato, tomé algunos analgésicos para recostarme, entonces recordé lo que había pasado, la noche anterior fui un estúpido, me sentí nuevamente mal por eso.
«Pobre chica, no merecía morir de esa manera»
No sé porqué la desgracia me seguía mucho, solamente quería un abrazo, un abrazo era todo lo que pedía pero nadie estaba para darme uno, fuí un completo imbécil e inmaduro porque recurrí a mi estúpido juego y cada vez perdía tan rápido, en los brazos ya no quedaba espacio que cortar, así que levanté mi playera para poder hacer cortes limpios en el abdomen, ya no tenía el suficiente control de mí como para razonar, quisiera morir pero no tengo el valor de hacerlo, estaba en un punto de mi vida en el que quería vivir lo suficiente pero tenía que morir por mi propio bien, fue un largo rato de pensar en exceso, una vez terminando de cortar mi abdomen fumé un asqueroso cigarrillo y lloré una vez más como de costumbre.

No quise salir de casa por temor a que me buscaran los tipos de la fiesta para interrogarme sobre si conocía a esa chica, me quedé en casa al menos tres días con un miedo intenso acompañado de dolores estomacales. después de unos días decidí salir a comprar algunas cosas para mi uso, así que decidí ir al supermercado para buscar lo que necesitaba, quería un poco de comida y algunos medicamentos. Los compré y regresé a casa, no quería saber del mundo ni de mi alrededor, me sentía pésimo, volví a cortarme de nuevo, cada vez me sentía como un estúpido por no poder controlarme, alucinaba con esa chica, soñaba que podía evitar que consumiera aquella droga, después de salvarla tomaba mi mano y me unía a su espíritu, sentía como mi corazón latía bastante mientras la ansiedad me mataba lentamente, tomé muchas pastillas para calmar la ansiedad pero no daban resultado, pedía ayuda mentalmente pero nadie estuvo ahí. Para mi suerte el gato había entrado para cortar aquella alucinación que tenía, me ayudó a relajarme acostándose en mi brazo herido, tal vez quería beber de mí o tal vez me tuvo empatía el pequeño animalito, sentí una calma interna, esa calma me duró algunos días.

Durante esos días abusé a un grado mayor de las pastillas, lo cual me ponía bastante mal en cuestión de mi salud mental, no tardé mucho en entrar en paranoia nuevamente, las pastillas me estaban afectando demasiado porque me provocaban alucinaciones y pensamientos que me preocupaban bastante, de un día para el otro tenía deseos de apuñalarme hasta dejar de sufrir, sentía una gran necesidad de amar a alguien, pero a la vez tenía los mismos deseos de matar a una persona para calmar el dolor interno, quería conocer lo que era el amor propio pero me resultaba imposible el conseguirlo... así que quise darme la tarea de conocer a distintas chicas las cuales podrían convertirse en mi acompañante emocional y otra podría ser mi víctima, no sé porque había llegado a esa locura pero no podía soportar tanto el dolor mental y la soledad que cargaba todos los días, conocí a diferentes chicas pero ninguna me convencía mucho respecto a la personalidad que tenían. Hasta que conocí a Saori, ella tenía el porte perfecto para poder hacer que me ame, tal vez fui un asco de persona en ese momento por hacer de menos sus problemas y enfocarme en hacer que me amara lo más pronto posible, solamente era cuestión de tiempo para poder conocerla mejor.