Capítulo 10

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"Memorias en japonés"

En esos momentos me sentía el rey de todo lo que me rodeaba hasta que caí al suelo mientras sentía caliente la pierna, le llevaba tanta ventaja al policía que estaba cerca entonces no dudó ni un segundo en dispararme haciéndome caer en seguida, en esos momentos mi sueño sé había frustrado por la buena puntería de aquél hombre, estaba sin opciones en el suelo, una vez más derrotado por la vida, ahora más que nadie sabía que no importaba que tanto me esfuerce, siempre aparecía un obstáculo que me jodía el paso, ahora estaba tan seguro de no querer más de esto, no quería más de la vida, no quería más de mí, ya no quería vivir y suplicaba la muerte para salvarme. Estaba sangrando mucho en aquél entonces así que creí que podría morir desangrado en cualquier momento, hasta que una ambulancia llegó para recogerme e ingresarme al hospital más cercano para poder curar mi pierna de aquél desafortunado impacto, después de unas cuántas horas la operación fue un éxito, ahora tenía que estar en reposo para mejorarme, a pesar de estar estable me sentía bastante triste y enojado porque estaba en una situación bastante penosa sin poder salir de aquella cama, sin nadie que pudiera estar en mi auxilio, era simplemente un peón más en el ajedrez que jugaba dios, los días que estuve en reposo los esperaba un poco ansioso por creer que Saori llegaría a visitarme pero no fue así, supongo que leyó aquella nota que dejé en su mochila porque jamás supe de ella, tal vez nunca la encontró o tal vez fue parte de mi imaginación al creer que escribí esa nota, nunca vino a verme, nunca recibí un mensaje de ella, nunca volví a escuchar su voz, nunca pude recibir su amor, estaba seguro que tal vez se había ido lejos para jamás saber de mí, pero estaba bien porque al menos me hice una idea muy vaga de que ella era feliz y eso es lo que yo quería desde un principio, si las cosas eran así yo me sentiría feliz de que ella haya encontrado la felicidad que tanto anhelaba.

 Estaba sangrando mucho en aquél entonces así que creí que podría morir desangrado en cualquier momento, hasta que una ambulancia llegó para recogerme e ingresarme al hospital más cercano para poder curar mi pierna de aquél desafortunado impacto, ...

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No tardé en sentirme miserable de nuevo, estaba en un estado bastante fatal, sin amigos, sin familia, sin Saori, era prácticamente un lobo solitario, un títere más de la vida, mi vida había sido un desperdicio en su totalidad, más ahora que había perdido la pierna por aquél impacto de bala, sólo me quedaba estar acostado en esa cama esperando a que algún tumor me terminé matando, los días eran largos y las noches lo eran más porque no había mayor sensación de libertad al mirar la ventana e imaginar que podía volar a esas nubes negras, le dedique la lluvia a saori porque era su favorita, le dediqué aquél vals a saori porque era lo que solíamos practicar en pijamas, le dediqué mi vida que para ser sinceros no sirvió de nada. Después de pensarla tanto y preguntar por ella se me hizo la voluntad de saber algo, la habían contactado para saber noticias de ella y así poder brindarme esa información, yo estaba ansioso porque después de días tenía noticias de saori, estaba feliz que mi salud me importaba poco sólo quería escuchar que fue de ella, así que la enfermera no espero más para decirme que... saori estaba bastante feliz en casa con su padre, se había cambiado de ciudad por la mala influencia que signifique para ella y su desarrollo, había logrado unas cuantas metas que tenía, pero lo más importante es que había regresado con su chica, aquella dama que muchas veces le causaba dolor de cabeza, habían regresado porque realmente se pertenecían y posiblemente estaban destinadas, por último agregó que por favor no siguieran insistiendo en saber más sobre ella, esa fue toda la información de aquella enfermera que tenía para mí. Mi cara triste posaba sobre la almohada, quería pensar que eso me pondría tranquilo pero me dolía más la idea de que jamás pude darle lo que tenía para ella, en mi bolsillo llevaba el anillo que había robado de aquel lugar con joyas, en el otro bolsillo llevaba una nota que escribí para ella.

"Mujer de poesía, tiembla el corazón y el cráneo, aquí que me ves sin daño, sin saber que te quería, como hay amores en tres días, hay amores en tres años y hay algún te amo en tres años, pero yo te amé en tres días"

Aquella tarde caí en cuenta de mis errores para llorar mientras afuera llovía bastante lindo, sentí que por primera vez mi vida tendría un poco de felicidad, no sabía que la felicidad tenía que venir por mi cuenta, le pido perdón a mi cuerpo por todo el daño que le hice, le pido perdón a mi mente por tanto daño que le hice, le pido perdón a mi espíritu por tanto odio que le tuve, tomé un papel y una pluma para escribir una última carta.

Si algún día encuentran esto quisiera que Saori sea la primer persona en leerlo:

-Querida Saori, a pesar de todo el daño que nos hicimos entendí lo que significas para mí en esos momentos de locura, me hiciste perder la cordura en repetidas ocasiones con esa actitud de niña inmadura que tenías, me hiciste querer escalar de la montaña más grande que estuviese enfrente para poder arrojarme al vacío que me esperaba abajo, me hiciste querer morir por jamás haber sentido tu amor, pero a pesar de todo... te amé como no lo podrías imaginar, por ti pude dar la vida si era necesario, por ti pude hacer demasiadas locuras para que pudieras notar lo mucho que me importaba tu presencia, aquél calor que presenciamos esa mañana de otoño reflejaba tus expresiones de niña tierna, esos lunares que difícilmente podría olvidar en años, aquéllos ojos claros que se tornaban miel con el pequeño roce de la luz, a pesar de ser distintos te amé como nunca lo llegarías a imaginar y podría amarte por una eternidad más, no importa que tanto deba sufrir; estando contigo la muerte no me preocupaba mucho, nos hicimos daño de niños inmaduros, nos amamos como simples mortales para después recaer en la vida que nos sostenía como péndulos, pero siempre te miraría con amor a pesar de todas las cosas malas que dijiste de mí, jamás me arrepentiré de haberte conocido, de haberte besado, de haber compartido mi vida contigo, porque entre todo lo que pudimos ser, lo que fuimos y lo que ya no podremos ser, estuvimos ligados al dolor, estuvimos ligados al vacío, estuvimos ligados a esa fuerza que no nos permitirá estar juntos de nuevo, tal vez estuvimos destinados pero no a estar juntos. Patéticamente no morí pero no era necesario porque estaba muerto hace años, dejaría todo para volar hasta donde estás para amarte ahora y en la vida que sigue, nos encerramos en nuestro mundo para ser nosotros mismos, para ser simplemente "memorias en japonés".-

Después de haber escrito aquella carta, abrí aquél frasco de pastillas y las tomé antes de que la enfermera llegará a la habitación, guardé la carta bajo la almohada y esperé hasta el reencuentro con mamá, comencé a dormir, dormir sintiendo felici...

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Después de haber escrito aquella carta, abrí aquél frasco de pastillas y las tomé antes de que la enfermera llegará a la habitación, guardé la carta bajo la almohada y esperé hasta el reencuentro con mamá, comencé a dormir, dormir sintiendo felicidad alguna.
Gracias por todo Saori.

"Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama" (Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes).

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⏰ Última actualización: Aug 12, 2021 ⏰

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