9. Final

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2017 - 4 meses después de la resurrección de Anarquía - Noruega

"Rindou y Ran Haitani fueron encontrados muertos en su casa la noche del viernes, supuestamente fueron asesinados a balazos, con ellos ya son siete muertos en los últimos cuatro meses..." leía en mi celular.

— ¿Qué lees? — preguntó Shuji.

— Pues la consecuencia de lo que ordené, los Haitani están muertos... ¿Feliz?

— Sé que eran tus amigos, por eso no había de otra. — dijo bebiendo su café.

— ¿Puedes repetirme porque venimos a Noruega? Estaba cómoda en el hotel de Tokio.

— Serán un para de semanas más, amor mío. Solo déjame terminar mi trabajo aquí, mientras puedes disfrutar de esta cómoda casa y de su vista.

— Si, supongo que es cómoda... ¿Hoy trabajarás? — pregunté esperando un "no" por respuesta.

— No — me relajé — ¿Quieres hacer algo en específico?

— Hazme el amor... — dije — No sexo... Hazme el amor, por favor.

— De acuerdo, supongo que tendré que ser delicado. — asentí.

Me cargó como princesa y me llevó hasta la habitación. Me dejó suavemente en la cama y después me besó, no era un beso brusco, era un beso delicado, algo que deseaba prolongar por la eternidad. Se deshizo lentamente de mis prendas y cuando solo quedaba en ropa interior el empezó a quitar la suya.

— Te quiero, Aiko.

— Pues yo te amo, Shuji.

Él no respondió y siguió quitándose la ropa. Eso me dolió un poco.

— No deberías amarme... — finalmente se quitó sus lentes y desprendió mi sostén.

— Ya lo sé, pero no puedo evitarlo. — gemí justo después de que empezar a dejar beso en mi cuello llegando a mis pechos.

Él estaba siendo delicado pues en otras circunstancias estaría mordiéndome sin importar.

Se separó de mí y me miró.

— No tengo protección...

— No importa, solo quiero sentirte. — le dije.

— ¿Segura? No planeo tener un bebé... — dijo volviendo a besar mi cuello.

— No te preocupes, no pasará. — dije.

Bajó mis bragas y sus boxers, abrió mis piernas y se colocó entré ellas. Me penetró lentamente y gemí un poco.

Sus embestidas no eran bruscas ni rápidas, eran suaves y a una velocidad agradable. Me abracé de él sin darme cuenta y procuré no rasguñarlo. Minutos después ambos llegamos al orgasmo, para su suerte, logró salir antes de correrse por completo en mi.

— Gracias, fue agradable pasar tiempo con el Shuji de la otra noche. — dije y el me miró.

— Si, ahora veo que ese Shuji no ha desaparecido por completo... — dijo él vistiendose.

Pecado ;; Hanma ShujiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora