Señorita Justicia

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CAPITULO 3

Keith se veía fatal pero ya era lo suficientemente grande como para que yo me quedara a cuidar de él, me estresaba su actitud hacia la vida, pero no me quejo voy por ese camino.

Tus orígenes y tu pasado te pueden afectar tanto a tal punto de que tus expectativas a una buena calidad de vida sean bajas. Jamás espero que alguien se enamore de mí y menos llegar a formar una familia, a mis 25 años ni siquiera he tenido un novio.

Keinth ha sido un hermano sobreprotector y eso empeoró cuando asesinaron a mamá, aún tengo presente esa imagen en mi mente el trauma más grande que he tenido.

Bajé por el ascensor del edificio analizando tantos sucesos ni siquiera me había percatado de que estaba acompañada.

Me dirigí al estacionamiento, monte mi auto me coloqué el cinturón de seguridad, suspiré hondo y prendí el motor. Por lo regular a esta hora siempre hay un tráfico terrible, pero con diez minutos de retraso llegue al bufet donde trabajo, el bufet de Keinth.

La señora Sofía ha sufrido maltrato de parte de su esposo, hace tres meses que se divorciaron pero el señor Vélez la ha buscado para maltratarla.

– ¡Interesante! –Exclamé poniendo atención mientras la señora me contaba el motivo por el cual me necesitaba.

El maltrato intrafamiliar aunque sea difícil de creer es un problema social muy grave en el mundo, éste se ha desarrollado de distintas formas, antiguamente se veía como algo normal recibir malos tratos por la pareja pero la sociedad ha evolucionado y las mujeres se han vuelto más independientes, pero aunque nos encontremos en el siglo XXI siguen existiendo múltiples casos del maltrato familiar.

Se emanó a ponerse la denuncia la cual procedió y en dos meses tendríamos audiencia en el juzgado de la familia.

–Ese hombre se va a arrepentir de haber nacido –Pronuncio aquellas palabras amenazadoras la señora Rodríguez quien ya no llevaba el apellido de casada.

–Se lo aseguro

Ya había pasado medio día en eso, sentía emoción de poder ayudar a esa señora, el maltrato por tu pareja no se debe permitir. Un poco exhausta llegué a la subestación.

Pasando la entrada estaba Indira en la recepción junto a Miriam la recepcionista, las saludé y me dirigí a mi oficina, me tiré a la silla de mi escritorio y me recosté en el respaldo de ella.

Escucho el sonido de la puerta al abrirse, ni siquiera me molesto en ver, sabía que era el Oficial Aguirre, le conozco muy bien estos siete años trabajando acá no han pasado por gusto.

–Solares, Sambrano te espera en su auto, deben ir a la programadora Carson, solicitan su presencia con urgencia –habla con un tono neutro pero agradable a la vez.

–Iré de inmediato para allá –Comenté colocándome de pie y dirigiéndome a la puerta pero antes de salir me detiene diciendo.

–Excelente trabajo Solares.

Era inevitable no tener una sonrisa de satisfacción, le asiento con el rostro y salgo de allá directo a la programadora.

Menudo edificio, es muy obvio que los Carson son multimillonarios, solo asomas tus narices por su empresa y te das cuenta de absolutamente todo, lástima que el dinero no les quita lo descerebrado.

Tanto Sambrano como yo ninguno sabía el porqué de nuestra presencia, en unos minutos lo íbamos a saber, solo necesitábamos llegar al último piso donde se encontraba la oficina del señor Carson.

Saliendo del elevador, encontramos un pasillo ancho donde nos dejaba enfrente de la amplia puerta de la oficina del señor, al lado derecho se encontraba el escritorio de su secretaria que al ver a Sambrano se sonrojó, pedimos que nos anunciara para poder pasar y así lo hizo en los pocos minutos que estuvimos ahí jamás le quitó la mirada de encima a Sambrano, lo que yo aproveché para hacer del objeto de burla, si lo sé a veces parecemos unos niñitos.

Agente SolaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora