Armin.
Conducía por las anchas carreteras de Trost, con una mano en el volante y otra en la palanca de marchas, escuchando Smells Like Teen Spirit de Nirvana. La música estaba alta, ya que el motor de mi Camaro del 68 rojo con rayas negras de carreras hacía mucho ruido. El rugir de las bujías me tranquilizaba, y el coche que heredé de mi abuelo completaba la función a la perfección. Muchas veces conducía únicamente por el placer de conducir, pero aquella vez era por algo relacionado con el trabajo, aunque para mí, era personal, más bien un favor.
Aceleré para coger la autovía que me llevaría al norte del Distrito, en unos quince minutos llegué a la universidad "Libertad" dónde aparqué en el aparcamiento de visitante. Era sábado, por lo que los únicos que permanecían allí eran los estudiantes que vivían en el campus de la misma, además de algunos profesores. ¿Mi misión allí? Aunque todos los que me veían por los jardines podrían pensar que iba a rellenar la matrícula como estudiante, yo iba con otra intenciones, buscaba reunirme con alguien, una persona a la que conocía muy bien me había llamado dos días antes para ayudarle con un asunto. Por lo que me adentré en las instalaciones y una de las conserjes me indicó donde se encontraba el despacho de la sub-directora. Me costó lo mío (Dios, ese sitio era realmente enorme, habían varios edificios colindantes alrededor del central), llegué y di dos toques cortos, y luego uno largo, una vieja costumbre que alguien me enseñó.
-¡Adelante!- La voz del interior del despacho sonó y yo abrí la puerta despacio para entrar. Lo que vi a continuación me resultó familiar, de hecho, demasiado familiar, me parecía imposible de comprender como aquella mujer era capaz de ser tan desordenada y a la vez tan precisa.- ¡Armin cielo, madre mía, cuánto has cambiado en este tiempo!
-Me alegro de verte Hanji-san.- Abracé a la que era mi mentora con fuerza, hacía dos años que no la veía en persona por motivos de trabajo, nuestros caminos se separaron, después de la guerra, yo seguí como militar y ella se vino a Trost a impartir clases de microbiología avanzada.- ¿Cómo ha estado todo desde que yo me fui?- Se sentó en su sillón, que más bien parecía un trono, entre papeles desordenados, posiblemente expedientes de alumnos o incluso exámenes importantes, pero Hanji Zoe no era una persona que le importase mucho el orden.
-Ufff, todo se volvió demasiado en calma, después del tratado de paz a nadie le importaba nada de lo que ocurrió, hicieron como si no hubiese pasado nada. Por mí parte... Entre Erwin, el enano y yo fundamos esto. Va todo sobre ruedas, pero no es lo mismo...- Mientras me explicaba como habían pasado los años observaba una foto que reconocí de inmediato, era ella junto al Comandante Erwin Smith y el Capitán Levi Ackerman junto con todos los novatos, entre los que yo me incluyo, todos los reclutas de la 104º que se alistaron en la Legión de Reconocimiento. Ese día fue nuestra primera Expedición como soldados oficiales.
-¿Qué tal le va al Capitán Levi? Mantengo contacto con él, pero llevo varios meses sin saber nada, la infiltración en Australia me costó más de lo esperado.- En los últimos dos años, me especialicé como soldado de élite, en infiltración, espionaje y asesinato sin testigos. Algo de lo que no me siento orgulloso del todo, pero aprendí muchas cosas a partir de aquello.
-Ese gnomo de jardín sigue siendo igual de borde y aguafiestas que siempre.- En ese momento se le formó una sonrisa de oreja a oreja, aunque me imaginé el por qué.- Pero cuándo quiere es el hombre más romántico que he conocido nunca. Si yo te contara...
-Creo que con lo de romántico me basta.- Corté de inmediato, tenía confianza con Hanji-san, pero no hasta ese punto, por el bien de mi salud mental. Con el paso de la conversación, me contó que Levi impartía clases como profesor de Magisterio de Educación a tiempo parcial. "Pobres desgraciados." Pensé, "el soldado más fuerte de la humanidad" dando clases de deporte, me pregunté si alguno habría sobrevivido a sus rutinas de ejercicios militares. Yo me salvé de milagro. Por otra parte el que fue también mi mentor regentaba una tienda de tés especiales en la ciudad por lo que solo daba clases unos cuántos días a la semana, la otra parte se encargaba Mike-san, otro de mis antiguos superiores y que aceptó el trabajo únicamente por ayudar a Erwin, y supongo que por qué estaba colado por Nanaba-san.

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Una incógnita sin resolver (aruannie, Armin X Annie)
Fiksi PenggemarArmin Arlet, antiguo Comandante de la Legión de Reconocimiento, pasa a ser profesor de la universidad más prestigiosa de Paradise por petición de su mentora. Annie Leonhart, ex-espía de Marley vuelve a la isla, no como infiltrada, si no como estudia...