Este one-shots se me ocurrió mientras estaba en Facebook y me apareció una compilación de vídeos de un reto de Tiktok xd. Básicamente consiste en que mientras tu parejaestá jugando videojuegos tu te paras desnudo/a frente a él/ella y grabas su reacción.
Y como el fandom cuando salió Belzeebub dijeron que parecía un gamer por la silla, dije ¿por qué no? Jsja
En fin, ¡espero que les guste!
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Qin miraba con aburrimiento hacia la ventana frente a él. Tenía el ceño ligeramente fruncido mientras bebía de su té negro, su cabeza estaba apoyada en su palma y sólo veía las hojas anaranjadas de otoño caer de los árboles que estaban en el patio.
Un grito de frustración sonó en la sala principal, seguido de otros sonidos como espadas chocando y una que otra explosión que provenían de la pantalla. Con un movimiento de resignación, volteó hacia los sillones que conformaban la sala. La persona que estaba allí daba cada tanto un golpe sobre el recargabrazos de su silla.
Beelzebub había instalado su PlayStation en la sala para sentirse más cómodo a la hora de jugar. Estaba con sus amigos en llamada mientras probaban un nuevo juego que había salido al mercado. Al parecer era sobre batallas uno a uno de humanos contra dioses, o algo así le explicó su novio.
Llevaba horas jugando con sus amigos y si bien, muchos podrían decirle a Qin que quizás estaba exagerando un poco, él no podía evitar el anhelar las atenciones y cuidados de su pareja.
No quería molestarse por algo como el pasatiempo favorito de Beelze, pero era su culpa por qué el otro suele mimarlo mucho cuando pasan tiempo juntos. Por eso se llega a sentir un poco solo cuando el mayor está jugando.
Soltó un largo suspiro mientras terminaba su taza de té para después lavar el traste.
—¡Maldita sea, Ares! Te dije en que momento atacar y lo desperdiciaste. ¡Ahora vamos cinco a cuatro!—La voz exasperada de su novio llegó hasta la cocina y Qin sólo pudo sonreír y rodar los ojos.
Qin sacó una soda del refrigerador, la favorita de Beelzebub y se dirigió hacia la sala para entregársela.
—¡Oh! Gracias, amor—. Dijo el chico con fleco, tomando la lata y dándole una sonrisa ladina a Qin.
Qin le regresó la sonrisa y le dio un beso en la mejilla-. Voy a la recámara.
Un distraído "sí" fue lo último que escuchó el otro antes de que en el juego empezará una nueva batalla.
