UNO.

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Caminaba con rapidez en dirección a la escuela, ya no podía perder más días de clases, no iba a negar que al principio estaba nervioso, pero si deseaba hacer amigos debía asistir al colegio, salir de casa e interactuar con las personas. La mente de Aisuru lo estaba agobiando desde muy temprano, ese no sería un problema si no hubiese fingido estar enfermo por una semana solo para faltar a clases; se maldecia internamente y maldecia su talento de convicción para convencer a su madre sobre que su enfermedad era cierta. Dejó escapar un suspiro de alivio, había llegado justo a tiempo, sin embargo, se había perdido la semana de presentación, por lo cual lo más probable sería que todos ya tuvieran amigos y eso le aterraba ¿Qué pasaría si no lograba ser incluído?, negó repetidas veces con la cabeza y dejó que el aire que se acumuló en sus pulmones escapara, un suspiro pesado, debía dejar de pensar en eso.

—Bien, aquí vamos —murmuró para si mismo tomando con fuerza los tirantes de su mochila; dio un paso y luego otro, comenzó a subir por las escaleras de la escuela.

Observaba a la gente a su alrededor mientras buscaba su salón, todos se miraban tan agradables y extravagantes, con personalidades únicas que lograba percibir ¿se percibiria algo único en él?, eso era lo que esperaba. Finalmente llegó a su aula, una vez más respiró profundamente en busca de encontrar calma e ingresó a su salón, su mirada observó a los grupos formados, aunque había algo que llamaba su atención, parecía que todos miraban a un punto con entusiasmo y nerviosismo a la vez, trató de acercarse para ver de que se trataba logrando reconocer apenas unos mechones de cabello ya que casi todos tapaban su vista.

—Disculpen —trató de llamar su atención, ya que no solo era su vista lo que obstruian si no que, además, no le daban oportunidad de tomar asiento en su pupitre.

Se alzó de hombros y sin importarle mucho se abrió paso entre el grupo del chicos quienes se le quedaron viendo con molestia y algo de sorpresa, cosa que no terminaba de comprender. Dejó su mochila al lado de su asiento para posteriormente sentarse en el lugar, miró al grupo de chicos los cuáles parecían estar en shock y a Aisuru le molestaba no poder leer sus pensamientos; aunque, podría descifrarlos, con su mirada siguió el punto al que el grupo miraba topandose con el asiento a su lado, un chico realmente lindo estaba sentado a su lado, posiblemente el asombro de todos es porque se acercó y se sentó a su lado sin imutarse, pero si era sincero no le había dado atención hasta ese momento.

—Buenos días —le saludó mostrando una sonrisa, pero su saludo no fue respondido, apretó los labios ¿sería esa clase de persona? no quería juzgarlo cuando apenas llevaba cinco segundos conociendolo, quería pensar que no había notado que el saludo iba dirigido a él, por lo cual volvió a saludarle.

—Buenos días, me llamo Komi Shousuke ¿y tú? —lo escuchó responder, sin embargo, sus labios no se movieron, lo cual le pareció asombroso.

—Me llamo Aisuru Kei —respondió con más calma, mientras sacaba sus cosas de su mochila—. No vine la primera semana y ahora no sé si pueda hacer amigos pero me alegra que me hayas hablado, ¿quizás podamos ser ami- —antes de terminar de hablar le regreso la mirada ¿Acaso lo estaba ignorando?, no parecía estarle prestando atención.

—Oh claro, sería genial ser ami-—-su voz se detuvo y se levantó de su asiento, el ventrilocuismo de Hitomi no había funcionado esta vez.

—¿Ah? ¿Está bien? —dijo siguiéndolo con la mirada, salió del salón y no pensaba volver hasta que la clase iniciara. Volvió su mirada a la chica que se sentaba del lado contrario a Shousuke quien le estaba saludando con una sonrisa la cual le regresó— Hola, un gusto conocerte — Volvió a presentarse.

Esta vez la conversión duró más, sobre todo por las innumerables preguntas que Tadano Hitomi sacaba de la nada, a pesar de ello, no podía sacar a Komi de su cabeza ¿Se había sentido mal? ¿simplemente así era él? ¿Eran o no eran amigos? estaba dudando demasiado y no le gustaba porque eso solo le detendría de hacer más amigos, las dudas causaban miedo después de todo, sin embargo, no era capaz de ignorarlas.

—Te veo muy distraído ¿te encuentras bien? —preguntó la chica quien estaba tratando de llamar la atención de Aisuru moviendo su mano de arriba a abajo delante de su rostro.

—Ah, sí, disculpa —mostró una sonrisa avergonzada por haberse quedado perdido en sus pensamientos—; solamente me quedé pensando en el chico que se acaba de ir, fue algo extraño.

—Oh calma —dijo moviendo su mano a modo de decirle "no le des importancia"—. Probablemente solo tenía muchas ganas de ir al baño —agregó como excusa.

—Ya veo, igual me gustaría ser su amigo, parece ser una persona interesante.

—¡Sí que lo es! estoy segura de que querrá ser tu amigo —se acomodó en su asiento—, solo dale un poco de tiempo, al principio puede llegar a ser un poco tímido.

Aisuru se sintió animado con esas palabras, las dudas desaparecieron, esa chica probablemente era amiga cercana a Komi así que debía conocerlo mucho mejor de lo que él lo conocía, de esa manera podría estar tranquilo, aún no había arruinado las cosas y seguía teniendo la oportunidad de entablar una amistad con ese chico que el resto de la clase no pudo sacar de su cabeza.

¡BUENOS DÍAS, SHOUSUKE! | KOMI SHOUSUKEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora