DIECINUEVE

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—La película no fue tan mala como creí, suelo enojarme fácilmente con los conflictos así pero realmente fue entretenida.

Habían salido a las ocho de la noche del cine, Kei parecía realmente feliz, a lo largo de la película su mano y la de Shousuke habían rozado en múltiples ocasiones al intentar tomar tomar palomitas de la caja del otro.

—Creo que estuvo bien.

—¿No te gustó?

—Considero que los personajes eran bastante estúpidos.

—Bueno, quizás un poco.

Kei continuó hablando sobre la película y Shousuke solo hizo un par de comentarios cada que Kei parecía querer su opinión, al final Kei se quejó sobre que le hubiese gustado que el romance entre los personajes no fuera tan aburrido.

—Realmente te gusta el romance ¿No?

—Demasiado, es tan lindo ver como dos personas lentamente se enamoran y luego ver como inician una relación y son felices.

—¿Haz tenido pareja antes?

—No, pero supongo que podría ser bonito.

Sí fueras tú, por supuesto que sería bonito.

Era tan poco probable el que coincidieran en un pensamiento, sobre todo al mismo instante y por la misma razón, pero había sucedido, ninguno lo sabía pero ambos serían realmente felices si pudieran tener una relación idealizada y perfecta como las películas de romance que Kei tanto disfrutaba.

Tomaron nuevamente el metro para regresar a casa, aunque Kei hubiese disfrutado poder hacer más cosas a fuera, aprovechando que había conseguido estar a solas con Shousuke nuevamente; esperaba que volviera a pasar pronto, aunque eso no significaba que no era feliz pasando tiempo con Hitomi, Ai y Sanjuurokurou, al contrario, los amaba a los tres; pero no de la misma manera que amaba estar junto a Shousuke.

—Ya quiero que termine la semana de exámenes —comentó Kei.

Ya estaban por llegar a sus casas, el viaje en metro fue más rápido de lo esperado, quizás porque la estaban pasando bien.

—Sí, son bastante aburridos.

—Aburridos y difíciles, solo quiero descansar durante toda una semana mientras como frituras viendo películas románticas en la sala.

Shousuke miró de reojo a Kei, parecía que verdaderamente era un martirio para él realizar los exámenes, no lo culpaba.

—Cuando acabe la semana de exámenes —comenzó a hablar, relamió sus labios, evitando ver a Kei, pensando en sus palabras—. Quizás podríamos usar el fin de semana para ir al cine otra vez, podríamos ver esa película que te quedaste viendo en cartelera.

Kei sonrió ante aquello, no miró a Shousuke tampoco al hablar, tampoco pensó mucho en sus palabras mientras hablaba, fue algo que salió de manera tan natural que cuando quiso darse cuenta ya era demasiado tarde.

—¿Algo así como una cita? —preguntó con una sonrisa en sus labios, sin notar que Shousuke detuvo abruptamente su paso.

Unos dos o tres pasos después, fue cuando se dio cuenta que su acompañante ya no caminaba a su lado, se dio la vuelta, ambos se miraron; Kei en ese momento repasó sus palabras en su mente dándose cuenta de la situación y una sonrisa nerviosa se hizo presente en su rostro.

—S-solo estaba bromeando, no te lo tomes en serio, sé que-

—Puede ser eso —aseguró Shousuke.

—¿Ah?

—Si quieres verlo de esa manera, entonces puede ser así, Kei —apretó sus labios, tomó toda la confianza que tenía en si mismo y soltó esa idea que llevaba conteniendo en su pecho hace ya un tiempo—. A mí tampoco me molestaría si fuera una cita.

Era tan extraño, como reflejaba seguridad y calma en su exterior, causando que Kei solamente se sintiera más nervioso.

—Sí, creo que no estaría mal —afirmó, apartando su mirada, manteniendo la cabeza en alto para que su mirada y la de Shousuke no se encontrara.

Los pocos pasos de camino que les quedaban fueron solamente un silencio incómodo para ambos hasta que llegaron a casa de Shousuke y debieron despedirse.

—Ah... Nos vemos mañana entonces ¿no?

—Sí, gracias por... Lo de hoy, no era necesario que tu pagarás todo

—Me lo recompensaras el fin de semana que viene ¿No? además tampoco me molestó pagar las cosas, yo fui quien te invitó.

Ambos sonrieron.

—Es cierto —hubo un momento de silencio y Shousuke volvió a hablar— ¿También fue una cita?

—¿Ah?

—Lo de hoy ¿También fue una cita?

Kei sentía el calor en sus mejillas, por un instante, todo parecía apagarse y la única luz que funcionaba, los iluminaba a ellos.

—No lo sé ¿Lo fue?

—Creo que sí.

—Yo también.

Ambos se miraron por unos segundos más, debían despedirse, pero no querían hacerlo. Y Kei no estaba seguro, de si fue por la adrenalina, porque su corazón lo pidió a gritos o si fue un simple deseo que llevaba resguardando desde aquel día qur Shousuke besó su frente cuando estaba enfermo, pero sin ser capaz de razonarlo, se inclinó ligeramente y tomando el rostro de Shouske entre sus manos, besó sus labios, como si fueran una pareja o como si acabaran de confesarse; probablemente era su deseo interno de vivir un romance de película, pero no podía arrepentirse de haberlo hecho.

Shousuke abrió sus ojos de par en par desde el momento en que Kei tomó su rostro, al unir sus labios ni siquiera fue capaz de molestarse porque realmente no le molestaba, quizás solo hubiese querido haber sido él quien diera ese paso; pero sus manos actuaron solas, buscando tener el control de la situación en ese momento, colocó sus propias manos sobre las manos de Kei, no en busca de alejarlas, sino queriendo que se mantuvieran ahí.

Ambos eran pésimos, ni siquiera sabían que hacer, pero las emociones que en ese momento estaban sintiendo sobrepasaban por completo aquella inexperiencia. No estaban seguros de cuanto duraron con sus labios unidos, pero aún si hubiesen sido 10 segundos o una hora habrían sentido que no fue suficiente.

Se separaron finalmente, pero en sus labios aún se mantenía esa dulce sensación, sus mejillas rojas, sus corazones acelerados ¿Cómo expresar que estaban tan perdidamente enamorados si no era de esa manera?

—N-nos vemos mañana —habló rápidamente Kei.

Y antes de que Shousuke siquiera pudiera mencionar media palabra, salió huyendo en dirección a su casa, como si no fueran vecinos, como si las ventanas de sus habitaciones no dieran directamente a la del otro, como si a la mañana siguiente no tuvieran que verse, saludarse y caminar juntos a la escuela.

Esa noche, Kei no fue capaz de dormir repasando ese momento una y otra vez en su cabeza, los labios de Shousuke sabían igual a como lo había imaginado tantas veces.

Shousuke, por su parte, se mantuvo unos minutos fuera de su casa antes de siquiera ser capaz de moverse y entrar, había demasiadas emociones explotando en su corazón en ese momento ¿Cómo podría dormir luego de eso?

¡BUENOS DÍAS, SHOUSUKE! | KOMI SHOUSUKEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora