Siempre serás tu --- Hermione Granger y tu

Conelius Fudge

T/N POV

Siempre supimos que Hagrid sentía una gran afición por las criaturas grandes y monstruosas. Durante el curso anterior en Hogwarts, había tratado de criar un dragón en su pequeña cabaña de madera, y pasaría mucho tiempo hasta que pueda olvidar al gran perro de tres cabezas llamado Fluffy. Estaba muy segura de que si Hagrid, de niño, se enteró que había un monstruo oculto en algún lugar del castillo, hizo lo imposible para echarle un vistazo. Seguro que le parecía inhumano tener encerrado a el monstruo durante tanto tiempo, y pensó que el pobre tenía derecho a estirar un poco las patas. Perfectamente me podía imaginar a Hagrid, de trece años, intentando ponerle un collar y una correa. Pero también estaba segura que nunca hubiese tenido la intención de matar a nadie.

Harry y yo hubiésemos preferido no haber averiguado el funcionamiento del diario de Ryddle. Ron y Hermione nos pedían constantemente que les contáramos una y otra vez todo lo que vimos, hasta que nos cansamos de tanto hablar y de las largas conversaciones que no llegaban a ninguna parte.

Her: A lo mejor Ryddle se equivocó de culpable. A lo mejor el que atacaba a la gente era otro monstruo...

Ron: ¿Cuántos monstruos crees que puede albergar este castillo?

T/N: Ya sabíamos que a Hagrid lo habían expulsado. Supongo que entonces los ataques cesaron. Si no hubiera sido así, a Ryddle no le hubiesen dado un premio.

Ron: Ryddle me recuerda a Percy. Pero ¿Por qué tuvo que delatar a Hagrid?

Her: El monstruo mató a una persona, Ron.

Harry: Y Ryddle hubiera tenido que volver al orfanato muggle si hubieran cerrado Hogwarts. No lo culpo por querer quedarse aquí.

Ron se mordió el labio, vacilando en hablar.

Ron: Ustedes se encontraron con Hagrid en el callejón Knockturn, ¿verdad?

T/N: Dijo que tenía que comprar repelente contra las babosas carnívoras...

Nos quedamos en silencio. Tras una pausa prolongada, Hermione tuvo una idea elemental.

Her: ¿Por qué no vamos y le preguntamos a Hagrid?

Ron: Sería una visita muy cortés. Hola Hagrid, dinos, ¿has estado últimamente dejando en libertad por el castillo una criatura peluda y furiosa?

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Ya solo quedaban dos meses más antes de terminar las clases, por lo que a los de segundo se nos presentó otra cosa en la que pensar: las materias que seguimos en el próximo curso, decisión que Hermione se tomó muy en serio.

Her: Podría afectar todo nuestro futuro

Harry: Lo único que quiero es no tener pociones.

Ron: Imposible, seguiremos con todas las materias que tenemos ahora, si no yo me libraría de Defensa de las artes oscuras.

Her: ¡Pero si esa es muy importante! – dijo sorprendida.

Ron: No como la imparte Lockhart. Lo único que me ha enseñado es que no hay que dejar a los duendecillos sueltos.

T/N: Harry, me puedes dar el diario

Harry: Está guardado en mi habitación vamos.

Nos levantamos y caminamos a la habitación. Pero apenas entramos todo estaba destrozado, el contenido del baúl estaba esparcido por todas partes. La capa de mi hermano estaba en el suelo rasgada. Le habían levantado las sábanas y las mantas de la cama, habían sacado el cajón de la mesita, y el contenido estaba esparcido por el colchón.