La recompensa de Dobby

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T/N POV

Hubo un momento de silencio, cuando Harry, Ron, Ginny, Lockhart y yo aparecimos en la puerta, llenos de barro, suciedad y, en el caso mío y de mi hermano, sangre.

Molly: ¡Ginny!

La señora Weasley, que estaba llorando delante de la chimenea. Se puso de pie de un salto, junto a Arthur y se abalanzaron sobre su hija.

Yo, sin embargo, mire tras ellos. El profesor Dumbledore, estaba en la chimenea sonriendo, junto con la profesora McGonagall, que respiraba con dificultad y se llevaba una mano al pecho. Y en un segundo, sin darnos cuenta, estábamos atrapados en un abrazo de la señora Weasley.

Molly: ¡La salvaron! ¡La salvaron! ¿Cómo lo hicieron?

McGonagall: Creo que a todos nos gustaría escuchar la historia – dijo en un hilo de voz.

Molly nos soltó a Ron, a mi hermano y a mi. Harry y yo nos acercamos a la mesa y depositamos encima el sombrero Seleccionador, la espada con rubíes incrustados y lo que quedaba del diario de Ryddle.

Harry empezó a contar todo. Habló durante casi cuarto de hora, mientras los demás escuchaban en silencio. Contó lo que no salió en ningún sitio, que hermione comprendió que oíamos a un basilisco que se movía por tuberías, que los tres seguimos las arañas al bosque prohibido, que adivinamos que Myrtle era la víctima, y que la entrada de la cámara se podía encontrar en uno de los baños.

McGonagall: Muy bien- dijo cuando Harry hizo una pausa- así que averiguaron la entrada, quebrantando cientas de normas, añadiría yo. Pero, ¿Cómo demonios lograron salir con vida?

Yo seguí el relato, contándoles de la oportuna llegada de Fawkes y el sombrero seleccionador, que nos proporcionó la espada. Pero luego me detuve un momento, en todo momento mi hermano y yo evitamos hablar de la relación entre Ryddle y Ginny. Y tenía demasiado miedo de que la expulsaran.

Instintivamente miré a Dumbledore, que me esbozó una sonrisa débil, desde la hoguera de la chimenea.

Dumbledore: Lo que más me intriga, es cómo se las arregló lord Voldemort para embrujar a Ginny, cuando mis fuentes me decían que estaba en un bosque de Albania.

Arthur: ¿Qué? que? ¿sabe que-quien? ¿Ginny embrujada? Pero Ginny no ha... Ginny no ha sido...¿verdad?

Harry: Fue el diario- dijo inmediatamente- Ryddle lo escribió cuando tenía dieciséis.

Dumbledore agarró el diario y examinó minuciosamente las páginas quemadas.

Dumbledore: Soberbio. Por supuesto, él probablemente pudo haber sido el alumno más inteligente en todo Hogwarts. Muy pocos saben que lord Voldemort se llamaba antes Tom Ryddle. Yo mismo le di clase, hace cincuenta años, en Hogwarts. Desapareció tras abandonar el colegio... recorrió el mundo... profundizó las artes oscuras.

Molly: Pero Ginny ¿Qué tiene que ver nuestra Ginny con él?

Ginny: ¡Su...su diario! – dijo sollozando- He estado escribiendo en él, y he estado contestando durante todo el curso.

Arthur: ¡Ginny!- exclamó atónito- ¿Qué te he dicho siempre? ¿Por qué no me enseñaste el libro a mí a tu madre? Un objeto tan sospechoso como ese, ¡tenía que ser cosa de magia negra!

Ginny: No... no lo sabía. Lo encontré dentro de uno de los libros que Harry me dio. Pensé que alguien lo había dejado allí y lo había olvidado.

Dumbledore: La señorita Weasley debería ir directamente a la enfermería- dijo con voz firme- para ella ha sido una experiencia terrible. No habrá castigo. Lord Voldemort has engañado a magos más viejos y sabios. Reposo en cama y tal vez un tazón de chocolate caliente. A mi siempre me anima. La señora Pomfrey todavía estaba despierta debe estar dando zumo de mandrágora a las víctimas del basilisco. Seguramente despertarán de un momento a otro.

Siempre serás tu --- Hermione Granger y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora