Capitulo 15 // El ritual.

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P.O.V 3


Después de un insufrible paseo por el rancho, Gerión obligó a todos a decorar el patio trasero con globos y serpentinas, mientras él sacaba una parrilla para preparar barbacoa. Annabeth estaba sentada en el suelo mientras era vigilada por el perro de dos cabezas muy de cerca.

Mientras todos decoraban, Elizabeth aprovechó para hablar finalmente con Nico.

—¿Donde estuviste todo este tiempo?— preguntó mientras colocaba algunos globos cerca de donde estaba él.

—No es asunto tuyo —dijo Nico tajantemente.

—Deja ya esa actitud, es mi asunto, le prometí a Bianca que te buscaría —Elizabeth soltó los globos y algunos salieron volando —Ella realmente se preocupó cuando se enteró que te fuiste.

—Si eso fuera verdad, ella debería estar aquí, no tú —dijo amargamente.

—Lo entiendo, Nico. Pero ella ahora tiene otras obligaciones con las Cazadoras.

—¿Y que hay de su obligación como hermana? —Él alzó un poco la voz —me abandonó en el campamento.

—Ella lo hizo porque sabía que te cuidariamos —Contestó Elizabeth —Te dejo con Percy ¿No? Él no dejó de buscarte.

—No menciones a ese mentiroso —soltó furioso.

—No entiendo, ¿Por qué estás enfadado con él? —dijo desconcertada —él está arriesgando su vida ahora mismo para sacarte de este lugar.

—Él... el me prometió que cuidaría de Bianca —Respondió en un hilo de voz— la última vez que la vi, ella estaba casi muerta.

—Lo que pasó no fue culpa de Percy, él hizo lo mejor que pudo.

—Pues claramente no fue suficiente, estoy seguro que Bianca me apoyaría.

—Estoy segura que Bianca piensa diferente —dijo con seguridad.

—Pues ahora es imposible saber que piensa, se ha ido y no hay forma de comunicarnos con ella.

—Es bastante obvio, ella está en el Caribe, fuera de la influencia de Iris, sus mensajes no funcionan en esa parte del mundo, —Nico pareció pensarlo —pero tálvez... Se me ocurre algo.

—¿En serio, que cosa? —dijo esperanzado, por un segundo Elizabeth lo volvió a ver cómo el mismo niño inocente del pasado.

Pero antes de poder responder, Gerión los atrapó. Su imponente tamaño hizo que Nico tuviera un escalofrío.

—Asi que haciendo el flojo... Creo que necesitan una lección.

Antes de poder responder, Gerión ordenó a Eurition que los amarrara y amordazara, a todos, menos a Elizabeth. A ella le puso a sostener el plato con carne recién cortada aun lado del asador. Gerión sabía perfectamente que ella no se podía resistir, no mientras tuviera a Annabeth como rehén.

Pero para fortuna, Elizabeth se dió cuenta de los chorros de agua que salían de los establos, casi como si fueran géiseres.

         

* * * * * * * *

Un cuarto de hora antes del atardecer, Percy había llegado a la casa del ranchero, sudado pero feliz de haber podido cumplir con el trato gracias a una náyade.

Al acercarse el olor a barbacoa era cada vez más intenso, lo cual fue un incentivo para que Percy corriera más rápido al patio, por qué a él, le fascinaba la barbacoa.

Elizabeth y La Batalla del LaberintoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora