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Esa noche él y su familia habían sido invitados a un baile en un gran salón en Londres como parte de la apertura comercial de Irlanda con otros países.
Él era el menor de su adinerada familia y su condición de doncel solo le permitía lucir cual muñeca para ser reclamado por el mejor postor. Había sido educado bajo el régimen estricto de la Geisha Lou Teasdale, la cual era una mujer fría y de corazón duro.
Ella decía que las geishas no debían tener corazón, lo cual no fue muy difícil de adoptar para el pequeño Niall, el cual careció de atención y afecto por parte de su familia, dando como resultado un ser completamente frio y sin sentimientos, con el único objetivo de posar y lucir bello a la sociedad.
Esa noche el llevaba un traje negro con delicados estampados florales rojizos realmente bello, resaltaba su blanca y perfecta piel. Su cabello rubio y lacio era adornado por flores y broches de oro quedando perfectamente peinado, sus labios y mejillas tenían un color cereza natural que lo hacía lucir más bello y sus ojos, esos hermosos ojos azules, tan profundos y con un brillo tan especial que atrapaban a cualquier hombre, como insecto en ámbar.
Más de uno quedo hipnotizado con el encanto de aquel ser efímero, Niall solo se reía para sus adentros.
—Todos son unos idiotas. —pensaba el rubio
Sin embargo, hubo una mirada azulada que no se pudo quitar de encima en toda la noche, decidió seguirle el juego solo para su diversión sin pensar en que esto traería sus consecuencias.
Aquella mirada pertenecía al conde Louis Tomlinson, uno de los caballeros más adinerados de Inglaterra. A pesar de su juventud se decía que había heredado miles de libras esterlinas y que su fortuna no tenía fin. Además de eso, se decía que tenía una personalidad un tanto extraña, que amaba coleccionar cosas exóticas de sus viajes de todo el mundo.
Él era por mucho un hombre muy apuesto, lucía una cabellera castaña algo larga amarrada con un fino listón discreto, tenía unos ojos azules como zafiros, su cuerpo era más delgado y fino que el de los demás hombres, pero gozaba de muy buena forma.
Como un felino se abrió paso entre la multitud dirigiéndose al que momentos atrás, al inicio de la velada, le habían presentado como; Bobby Horan.
—Señor Horan tenemos que hablar de negocios. — El conde Tomlinson no se iba con rodeos, era un excéntrico que si algo captaba su atención no dudaría en ir por el hasta conseguirlo.
—Si dígame señor...? — pregunto curioso el hombre irlandés.
—Tomlinson, Conde Tomlinson. — Contesto con una gran sonrisa. — Seré directo con usted. ¿Su hijo como se llama?
— Niall. — Contesto el señor Horan anticipando hacia donde iba todo eso.
—Sí, Niall, me ha interesado enormemente. —Bajo un poco el tono de voz y se acercó más al hombre. — quisiera pedirlo en matrimonio. — susurro.
—Ya veo.— Las manos del hombre comenzaron a juguetear como si se tratara de un gran trato comercial.— Usted sabrá que no es el único pretendiente. El es realmente popular en este país y en Irlanda, sin mencionar que su dote por ser el menor no es tan alto.
— Señor Horan — interrumpió Tomlinson. — ¿Quién necesita un dote? nosotros somos hombres de negocios. Usted solo ponga una cantidad, caballero, no hay problema.
El señor Horan abrió sus ojos como platos, no dudó un instante en aceptar la jugosa oferta del conde.
—estoy seguro que mi hijo será muy feliz a su lado. — comento estrechando la mano del castaño.
—Fue más fácil de lo que pensé, como todo un perro hambriento. - pensó el joven mientras tomaba un sorbo de su copa de vino observando a su más reciente adquisición.
Fue vendido como un simple becerro. Sin embargo, esto era algo que él ya lo veía venir, sin duda alguna.
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Despertó por un fuerte golpe dado por el andar del carruaje, se había quedado dormido y soñado con aquella noche que cambio su vida.
Levanto bien la mirada para encontrarse con aquel joven castaño con el que dos años atrás había contraído matrimonio, miro pensativo su mano izquierda fijando su mirada en aquel anillo y suspiro mientras se perdía en sus pensamientos.
La verdad era que no podía quejarse, si bien no sentía nada por su esposo, este no le trataba mal, de hecho, no sentía que hubiera habido algún cambio en el trato que alguna vez recibió en su vida.
Su esposo pasaba de él la mayor parte del tiempo, siempre estaba trabajando o de viaje y en sus días libres, se pasaba leyendo frente a la chimenea de su gran casa o con su amigo el coronel Zayn Malik.
Él era como un simple fantasma, su función consistía en acompañarlo a las fiestas de lujo en los grandes salones de la capital y claro, lucir lo más bello posible.
No podía deshonrar a su ahora marido, tenía que ser el perfecto trofeo, cumpliendo con servir de compañía, si así lo pedía el señor conde. Además, de cumplir con su función como de calienta cama, obviamente.
Si cumplía con eso al pie de la letra, ya era el esposo perfecto según las enseñanzas de su maestra Teasdale, y podía tener un momento de paz para él, disfrutando de una vida llena de lujos y comodidades.
Para el todo era perfecto de esa manera.
—¡Mira, ahí está el castillo Campbell! después de tanto tiempo, querido Clifford. — Dijo emocionado el conde abrazando a su perro labradoodle negro para después asomarse por la ventanilla de la carroza apuntando a una estructura enorme.
Apenas estaban entrando por los jardines frontales de esa propiedad y Niall ya se sentía cansado.
— Bueno, al menos podrías emocionarte un poco. — reclamo el Conde a Niall volviendo a su lugar y tomando el periódico.
— Estoy emocionado, en verdad, solo que no se me nota, querido. — dijo Niall sin expresión alguna en su cara. Louis bajo el periódico para observar el rostro de su esposo.
— No para nada, pero con que Clifford este feliz, me conformo. —
El rubio evito bufar.
Niall tenía sentimientos encontramos, ya se había acostumbrado a su antigua casa en la ciudad y ahora por un capricho del conde se mudaban a su antigua casa de campo.
¿Que podría haber de diferente en este viejo y enorme castillo?
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Estoy de vuelta y con nueva historia
No sé me espanten, esto es Narry.
Este UA tiene a Donceles, que por si no han escuchado del tema, en este universo hay ciertos hombres privilegiados y hermosos que pueden embarazarse. Un omegaverse, sin llegar a serlo en si.Tal vez las actualizaciones sean semanales, depende el apoyo que reciba.
Si la tratan bien, tal vez hasta mañana publique el primer capítulo.-T-
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El Jardín de los Secretos n.s.
RomanceNiall Horan es un hermoso doncel, que fue entregado en matrimonio por parte de su familia al excéntrico y poderoso conde Tomlinson. Para el pequeño irlandés, el conde solo es un compromiso más que enfrentar en su planeada vida. Sin embargo ¿Qué se...