Reencuentro

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El pueblo de Cheshire era un hermoso y tranquilo lugar.

En sus verdes y amplias colinas el tiempo parecía detenerse y no pasar. Lejos de la guerra y todos sus problemas adyacentes se encontraban aquellas pequeñas pero cómodas casas de los aldeanos que alegres salían a sus trabajos desde temprano dándole así vida al pueblo.

Niall, Gemma y Max habían llegado hace ya dos meses y se habían asentado sin ningún problema.

Los moradores les habían dado la bienvenida con mucha alegría y más aún al enterarse de que Niall era un doncel en cinta, ya que una vieja leyenda decía que si un doncel llegaba a vivir por esas tierras habría prosperidad durante una larga temporada. Así que la gente movida por sus creencias y su amabilidad los habían tratado de maravilla.

Muchas veces les regalaban de sus cosechas o de su leche, ellos trataban de negarse, no querían ser una carga para los pueblerinos en tiempos de guerra. Sin embargo, al final no les quedaba de otra que aceptar. Claro que a algunos moradores les parecía extraño ver a un doncel sin su pareja y más aún en cinta, pero nadie se atrevía a preguntar nada, solo corrían rumores muy discretos que con el pasar de los días se fueron disipando.

Gemma comenzó a trabajar en la panadería del lugar, mientras que Niall con un ánimo y una actitud completamente cambiada comenzó a ayudar en una biblioteca. Gemma le había dicho que no había necesidad de que el trabajara con un estado tan avanzado de embarazo, pero Niall se negó totalmente a la petición, quería ser útil en tiempo tan difíciles.

—Niall— Llamó la encarga de la biblioteca. — Te he dicho que no cargues tanto peso. —Reclamo.

—Está bien. No se preocupe Sra. Burns esto es un peso que inclusive yo puedo soportar. — Dijo mientras dejaba la pila de libros en una mesa.

—¿Cómo va él bebe? — Preguntó con una gran sonrisa la regordeta mujer.

—Dicen que para el siguiente mes nacerá. — Contesto acariciando su gran barriga que apenas y cabía en su overol.

— Sé que puede ser una pregunta un poco imprudente, pero... ¿y su padre? — Preguntó con tono triste. Niall se sorprendió de que alguien le preguntara eso después de todo ese tiempo en el pueblo.

—No se preocupe, sé que no hablo mucho sobre eso, es un tema que me pone un poco triste. — Contestó agachando la cabeza mientras seguía acariciando la barriga. — Esta en la guerra de Europa como tantos hombres del mundo. Pero estoy seguro que volverá sano y salvo. — explico con tono firme. — Seguiremos esperando por el. — Sonrió y comenzó a acomodar los libros en uno de los estantes, la mujer solo lo miro con tristeza.

—Hemos acabado por hoy, será mejor que vayas a casa a descansar. — Dijo la mujer amablemente. —

—Gracias señora Burns. — Contestó un poco aliviado.

La verdad era que desde la mañana no se había sentido bien. Había tenido muchos calambres en el abdomen, además de pequeñas contracciones, la partera le había comentado que era totalmente normal ya que se acercaba la fecha del parto.

— ¿Estas bien, cariño? — Preguntó preocupada después de ver como Niall hacia una mueca. — Te he visto un poco pálido desde la mañana. — Comentó.

—Estoy bien, no se preocupe, debe ser el cambio de estación. — Dijo no queriendo preocupar aún más a la mujer. Con lentitud tomo sus cosas y se despidió de su compañera.

Camino a casa decidió ir al mercado por unas verduras que le hacían falta para preparar la cena. Quería practicar su platillo favorito hasta que le saliera tan bueno como el de su madre, así para cuando llegara Harry poder compartir con el de su platillo favorito.

El Jardín de los Secretos n.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora