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El fin del día había llegado. Para su sorpresa su esposo llego temprano y le hizo compañía un breve periodo antes de dormir. Sin embargo, el tiempo compartido consistió en lecturas individuales tanto Niall de un libro que había tomado al azar de la biblioteca como el conde con un diario.
A la mañana siguiente despertó y con mucho cuidado se aseo, no quería que lo ayudara alguien de la servidumbre así que se adelantó para realizarlo por el mismo. El conde se había marchado sin que él lo hubiese notado. Con dificultad volvió acostarse en la cama no sin antes tomar el libro de las flores de debajo de la cama, justo cuando comenzó a hojearlo unos toques en la puerta lo interrumpieron.
— Buenos días. El desayuno, amo Niall— La voz de Gemma resonó de detrás de la puerta.
—¿Ya es tan tarde? — Se preguntó, ocultando el libro debajo de las cobijas. — Adelante —
Inconscientemente sus ojos se posaron sobre la charola en búsqueda de otro regalo de Harry. Cuál sería su sorpresa que ahora su desayuno venía acompañado por un clavel rojo. Con disimulo tomo la bandeja ocultando su emoción.
—Me alegra verlo de mejor ánimo, señor— comentó la castaña, sin duda era inútil tratar de ocultar sus emociones a la joven.
—Sí, ya me siento mucho mejor. — respondió esbozando una pequeña sonrisa.
—¿Se le ofrece otra cosa? —
—No, gracias. Puedes retirarte— Dijo con premura. Gemma sonrió cómplice y salió del cuarto. Niall tomo la flor para terminar de confirmar que en verdad se trataba de un clavel rojo. Después saco rápidamente el libro y comenzó a buscar el significado.
—"Admiración, mi corazón esta adolorido" — dijo despacio quedándose unos segundos pensativo. Definitivamente las flores no eran tomadas al azar, Harry seguramente se las enviaba con el cometido de enviarle esos pequeños mensajes.
Su corazón se apeno un poco por él. Todo parecía indicar que el mayor también estaba sufriendo por lo ocurrido y que se encontraba en una profunda incertidumbre, pero para no actuar y malinterpretar de nuevo sus intenciones esperaría un poco más, no quería que su corazón se ilusionara con falsas esperanzas de nuevo.
— Harry...Mi Harry —Tomo el clavel entre sus manos y se recostó en posición fetal. Suspiro y sonrió aspirando el dulce aroma de aquella flor.
Las flores no se detuvieron durante ese día, durante la merienda recibió un pequeño ramillete de pensamientos multicolores, como era costumbre tomo el libro después de la partida de Gemma y busco el significado eufórico.
—"Piensa en mí como yo lo hago en ti"— Leyó, su corazón palpitaba y sentía sus mejillas subidas de calor, no pudo evitar sonreír como un loco, inclusive su apetito había mejorado y acabo con toda la merienda. Sentía que ya no podía seguir esperando a la cena para recibir otro hermoso mensaje.
Intento levantarse y noto que su pie ya casi no dolía. Apoyándose en una silla cercana se asomó por la ventana y sus ojos se toparon a lo lejos con la silueta de Harry y Max, se encontraban en los jardines cercanos al castillo, el parecía concentrado trabajando en los helechos mientras que Max estaba echado a sus pies.
Sonrió y con mucho cuidado camino hasta su baúl donde saco los binoculares, ya con ayuda de este artefacto podría observarlo con más detalle, su rostro tan bello, tan dedicado a su labor, pudo notarle un deje de tristeza.
No había duda que todo eso a él le había afectado también, pero aun así no podía confiar totalmente en los mensajes que descifraba a través de las flores, quizá solamente era una idea suya y las flores ni siquiera venían de parte de él, sino que alguien de la servidumbre las colocaba como adorno, sacudió su cabeza tratando de alejar aquellos pensamientos.
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El Jardín de los Secretos n.s.
RomanceNiall Horan es un hermoso doncel, que fue entregado en matrimonio por parte de su familia al excéntrico y poderoso conde Tomlinson. Para el pequeño irlandés, el conde solo es un compromiso más que enfrentar en su planeada vida. Sin embargo ¿Qué se...