CURIOSIDAD. Mi misterioso vecino.

Lo que pasó Ruby

Zander

Me beso, si la misma mocosa que se coló en mi casa, la misma chica que había prometido romperle el corazón y a la que le acaba de contar mi cosa más privada llorando.

Tras Juntar nuestros labios y decir esas palabras se fue cerrando la puerta tras ella sin darme unos segundos para reaccionar.

Tenía una cosa clara esa chica me iba a volver loco.

Primero me odia, pero siempre está ahí para ayudarme nos besamos y se hace la loca, empieza a escarbar en mi vida y termina besándome. Definitivamente me iba a volver loco.

Alice fue mi todo y nunca me la podrían sacar de la cabeza. Ni si quiera la mocosa con ojos cafés.

Volví a mi casa donde por mi sorpresa estaban Ruby y Abby viendo una película con la voz bastante alta, tanto que ya me dolía la cabeza.

- ¿Que hacéis con la voz tan alta? - Pregunté casi gritando.

-Pues evitar o intentar evitar que tu hermana se traume. - Le mire extrañado. - Acerca tu oreja a la habitación del animal de tu mejor amigo.

Así lo hice fui a su habitación y entendí todo. Había alguien en el otro lado gimiendo como una loca poseída. Suspiré varias veces frustrado. Llegando a una única conclusión. Iba a matar a la bestia de Aldrin. ¿Cómo se le podría pasar por la cabeza traer una chica a mi casa? Y encima con Abby delante. Joder solo tenía nueve años y era muy preguntona. ¿Cómo narices le dices a una niña que es follar? Y lo peor intentar que no lo quiera hacer. Abby todo lo que veía lo querría imitar.

Me acuerdo cuando tan solo tenía cinco años que se le metió en la cabeza ser entrenadora Pokémon y le lanzo una piedra- que ella pensaba que era una Pokeball- en la cabeza de un gato.

Volví donde estaba Abby y Ruby. Abby estaba bastante metida en los dibujos y la pelirroja no paraba de mirarme.

-Zander, creo que es hora de que hablemos de un problema que tengo. - La mire con el ceño fruncido.

La verdad no me gustaba el tono de preocupación que había usado.

-Si claro. Yo también quiero hablar de un asunto. - Dije al igual que ella yo le quería contar lo que me pasaba por la cabeza.

Ruby y yo hemos pasado tanto juntos que era mi persona de confianza. La confianza que tenía con ella no la tenía con absolutamente nadie. Ni si quiera con Aldrin. Ella era como una especie de melliza que nunca tuve.

Pasamos a la cocina donde ella se sentó en el otro lado de la isla. Estábamos frente a frente.

-Dime Ruby ¿Qué pasa? - Pregunté un poco preocupado.

- ¿Por qué no empiezas tú?

-Pero... querrías hablar tú, me lo pediste, es normal que empieces tu.

-Zander empieza tú. – Me ordenó y pasaba ya de discutir con quien empezaba.

-Está bien. - Hice una pausa. - Es sobre Keira.

- ¿Qué le has hecho? - Me preguntó alzando una ceja. Lo cual me ofendí.

-No le hecho nada, por dios. ¿Cómo le iba hacer algo? - Dije con un tono ofendido. Estaba harto de que pensasen que le iba a hacer algo a Keira.

-Te recuerdo que tus planes al principio era enamorarla y romperle el corazón. - Dijo apoyando sus brazos en la isla.

Vale podía ser que en un principio estuviese cabreado con ella por colarse en mi casa, pero poco a poco y tras todas sus acciones, mi enfado como que desapareció.