Que rápido pasa el tiempo, no? Tus memorias aún me enloquecen, hoy más que otros días por eso corro a escribirte y en letras soltarte otro poco, pero al mismo tiempo me pregunto a quién le debo escribir si ya de a pocos te olvido tu nombre y tu rostro.
Para ti con quien en esta dimensión se me permitió ser, no ser, sufrir y olvidarnosAmor prohibido... Que regularmente no me deja pensar en alguien más, jure amarte, siento dolor en mi corazón y miedo de fallarte a ti con alguien más en mi vida, miedo a faltar a mi palabra y aquellos días de sol radiante tras nuestras sombras, sombras como siempre.
Como consuelo solo podría rogarte que pienses en mí, después de todo te di mi todo, talvez puedas tener un poco de complacencia con este ser que hoy no puede amar sino solo intentar historias vacías, eres ese amor que creo merecer, así de duro, así de franco.
¿Fallé, talvez no te conocí, pero que más da, recodar para qué? ¿Soñar para qué? Si ya te has ido.
Nunca supe mucho de ti, no lo sé, pero al mismo tiempo conozco todo de ti, sé que amas fumar y leer el periódico al despertar y que al medio día antes de dar la primera cucharada de comida intencionas por el cese de la guerra en el mundo, por los que batallan con el cáncer y por los desamparados, amaba tanto ese gesto tan humano de ti, al atardecer el café se convertía en mejor compañero que yo y para ese entonces tu mirada no es mía sino más bien de los Cantus que tú y yo sembramos cuál primogénitos, en lo frío de la noche tu último cigarro nos lleva al patio de aquel escondite, buscamos juntos la luna y las estrellas para encomendar nuestro amor oculto a los abuelos. Te extraño, ya no hay más rutina, ya no somos más.
Te amo, voy por donde algún día caminamos, no estás más, quiero verte, estoy muerto en vida, quiero verte, quiero morir en tu pecho y sobre la paja brava, pero estoy alejado de ti, por voluntad tuya, me has negado y hoy soy ya un forastero que escribe de aquella patria del que fui su más entregado ciudadano, fui desconocido, pero tú para mí no.
Quizá antes de lastimarnos hubiese sido mejor decirnos adiós, darnos un abrazo, seguramente no hubiese sido fácil, lose, pero al ver tus ojos estás lejos, lo sé, ya no estás aquí conmigo, estás cerca a mis brazos y al mismo tiempo tan lejos como el sol.
Te conocí, al ver tus ojos, al sentir tu primer beso no fui consiente de lo que perdía, mi control y todas mis fuerzas. Pero quien mide cuanto entrega cuando ama, yo no lo hice, te ame simplemente, te ame así sin más, hoy recuerdo nuestra historia, intentando dejarte, me enredo en otros brazos, pero son solo sueños fugaces, pues apenas llegas a mi mente parto sin destino como marinero errante que se entrega al vaivén de las olas del mar
Noches frías seguramente seguirán siendo muchas, intentando comprender si tú y yo fuimos felices, si nos amamos de verdad, dudando aun cuando sé que te debo de olvidar con toda certeza.
Tu ausencia me está matando, desde el día en que te fuiste, he tratado de olvidarte, es imposible, tus recuerdos me enloquecen, tus cariños no se borran de mi alma.
Nos apagamos como cenizas de algarrobo en la puna, así nos fuimos, dos amores tan queridos pero muy cobardes se pagan, pero se hacen falta.

YOU ARE READING
Llanuras desoladas, un Sariri
RomanceComo todos los días, como cada minuto, como en cada expiración que doy, te alucino escribiendo una carta, declarandome el amor inmenso que me tienes y de lo valiente que serias al cruzar el mar solo por encontrarme, así fuera al otro lado del mundo...