Es muy probable que algún día hayamos caminado por aquí, tengo vagos recuerdos junto a ti por estos caminos, caminos al parecer intactos, las calzadas empedradas, el rechinar de la madera, la gente a ciegas pidiendo deseos, obviamente no fui ajeno a esa cábala, nada perdía por mucho que no creyera en esas historias idílicas
Fueron nuestros mejores momentos en lo que para mí era detestable, pero para ti un adorado verano, no sé si recuerdes esto: el acantilado, la briza del mar, el sonido de las olas, tú, yo sentados en ese poso mientras decidimos que comer, pero que podría habernos llevado por esos lares?, seguramente alguna de nuestras asignaturas que sin pena aceptamos sabiendo que sería una buena circunstancia que como buena excusa podría servir para vivir un sueño más.
Vimos muchos candados, pero ninguno nuestro. Muchísimas parejas se habían atrevido y hoy después de aquella tarde busco cuál podría imaginar como nuestro, podría ser que no pudimos alcázar a un fueron felices por siempre y aunque nos pedimos como deseo, pero seguramente sin fe, sin convicción, sin fuerza. Me sorprendería?, no, realmente no
Esta noche serena el viento resopla y a diferencia de aquella vez ahora es invierno, pero me he sentado en el farol en él nos fumamos un pucho, bueno tal vez tú solo uno, yo como siempre lleno de ansiedad pude acabarme la cajetilla. El panorama hoy es diferente solo tomo un café y me es imposible no seguir viéndote aquí, tú mirando el mar confesándome repetidas veces lo muchos que amas la costa, yo como siempre cuestionando la belleza de esta ciudad gris. ¿Podías contradecirme?
Si, si podías, como lo haría?, aún lo recuerdo, me hablaste del norte, su gente, y su clima, aunque no me hizo ilusión, continúe escuchándote pues sabia de tu delirio por el eterno verano, en esa euforia de felicidad me propusiste irnos con ese destino, empezar desde cero, repetías que nadie nos conocía allá y que en esa soledad tú y yo podríamos ser plenos, que del todo solos no estaríamos, pues la única persona en quien confiabas podía ayudarnos.
Mientras me aventuraba en imaginarme ese sueño, también era consiente de lo frágil de esa propuesta, tenía certeza de que era solo producto de tu euforia y aunque yo ya estaba perdido de ilusión por ti, también reconocía lo poco práctico y real de aquella propuesta que por supuesto hubiese deseado sea real.
Tú lo sabes, te lo dije, te pedí que no digas ni hagas nada para lo que tus alas no estén preparadas. Quizá estaba siendo un imbécil, pero tenía razón. No estamos en el norte y lo que es peor tú no estás aquí, este lugar mucho no ha cambiado, las parejas, las calles el puente, lo único diferente es la situación con este virus que ha terminado por alejarnos aunque quizá esa sea de mis teorías la más practica.
Mi otra teoría es más dolorosa, quizá supiste que te amaba más que a mi mismo, que era capaz de dejarlo todo para solo ser tuyo, entonces apresado por el miedo decidiste desaparecer para dejar intacto eso bonito que teníamos, que seguramente para ti era suficiente y para mí no, pues siendo franco tu decisión me subestima. Acaso crees que si yo no te amara lo suficiente no habría soportado todo por amor a ti?, te recuerdo que te acepte para amarte en silencio, sin reproches, sin condiciones es decir que aceptaba las cláusulas, por qué?, porque prefería tenerte ahí como alguien que se tiene pero al mismo tiempo no.
Me subestimaste, te fuiste imagino según tú para salvarnos, solo me decepcionas, yo podía decidir lo que era mejor para mí, no tenías que hacerlo por mí, pero está hecho no hay más de lo que nunca fuimos, pero aún te amo y espero que como en mis sueños seas feliz, que si alguien vela tus sueños espero seas pleno e infinitamente amado, amado eso que siempre quise para ti.
No importa, al parecer me has olvidado. Siento fuego en el corazón que me consume y hiere, solo te pido que me piense alguna vez que después de todo, el amor que te di fue desde y con todo mi corazón.
Siempre tuyo, Sariri
YOU ARE READING
Llanuras desoladas, un Sariri
RomanceComo todos los días, como cada minuto, como en cada expiración que doy, te alucino escribiendo una carta, declarandome el amor inmenso que me tienes y de lo valiente que serias al cruzar el mar solo por encontrarme, así fuera al otro lado del mundo...