Llanuras desoladas, un Sariri

No hay Amor sin Esperanza

hace mucho ya no te quiero, ya no te pienso, pero no puedo decir que te haya olvidado, aun de vez en cuando te veo, tal vez sea el juramento, te jure querer toda la vida, así fue, te di de mí, todo, todo cuanto pude y cuanto ya no pude también, sin embargo, aun cuando muchas lunas ya han pasado desde que volteaste tu rotro de mi mirada para continuar tu camino mientras claramente yo lo perdía todo, esos tú ojos eran para mí, brillantes rayos que me alumbraban lo suficiente para grabarme tu esencia a fuego, tus caricias y tu mirada alimento suficiente para continuar en esa constante supervivencia, al irte solo me quede con reclamos, sin respuestas por supuesto, Porque te alejas?, porque te vas?

En la penumbra lejos de tu mirada, he encontrado de todo un poco, seguramente con la intención de borrarte aunque de eso no puedo asegurar una verdadera intención, hay quienes te quieren mientras gimen y balbucean tu nombre, o de quienes intentan impostar un te quiero no real al terminar un beso que ambos sabemos será fugaz, ni que decir de quienes besan con los ojos cerrados fingiendo amor verdadero, pretendiendo proclamar inocencia, no importa cuantas caricias, besos, momentos o ilusiones haya, únicamente me debo a ti, por supuesto eso no me hace el más enamorado sino más bien el más idiota de todos. Si en algo puedo decir es que todo esto solamente me adormece.

Exclusivamente son tus recuerdos que no puedo quitar de mí, pero que sirven de Hoguera para alguien como yo que solo busca quitarse de la mente, aquellas poesías que éramos tú y yo en danzas desmedidas en las que nuestros cuerpos solo reconocían partículas de hormonas que poseían a dos cuerpos vulnerables que solo querían ser pero no podían.

Te llevo dentro del alma, no importa cuan lejos, desde este hermoso pueblito, donde palpita la vida, el río y las montañas me abrazan, no quiero regresar, la ciudad solo me lleva a ti, en cada paso, te veo caminar de espaldas a mí, agitan los brazos como tú y veo en sus pisadas las tuyas, hoy te recuerdo, nos recuerdo felices, aguardo un mañana lejos de esta pesadilla en la que me encuentro sin ti.

Le he contado a las piedras nuestra historia, quizá mis lágrimas sean nada para el mundo, pero las dejo aquí para dar testimonio de quien fue en vida tu eterno enamorado y gritarle al viento que he amado más allá de donde sol se oculta dándole luz a los recovecos más sombríos, pero que no estar juntos será mi calvario o penitencia por mi cobardía. 

Amor mío, me perdonarás, estoy algo ebrio, estoy inhabilitado, quisiera que estás líneas no te hagan de más poder sobre mí, que eso que me das y se hace verbo en mí no me aprisione más.

Te amo, donde sea que estés, te recuerdo, quiero que sepas que estoy obsoleto para querer a alguien más, te suplico déjarme ir.

Te pido esto último, pues no sé en qué nos hemos convertido, Que hemos hecho de nosotros mismo y de eso puro que algún día nos dio vida y fuerza, donde esta nuestro sentido, acaso nos amamos tanto que nos hemos hecho egoístas de rastros que seguramente ya no configuran un amor sincero, pero que sin embargo aún nos detiene, sinceramente no lo sé.

Hasta pronto, que nuestra esperanza mantenga vivo siempre nuestro amor, aunque yo no solo la tengo si no la profeso. 

 Siempre tuyo.... Sariri