♥ 𝓜𝓲 𝓙𝓮𝓯𝓮, 𝓜𝓲 𝓐𝓶𝓸𝓻 ♥

CAPITULO II "SEÑORITA SOL"

▪️𝑰𝑩𝑶𝑵 𝑷𝑬𝑹𝑬𝒁▪️

Al siguiente día llegué temprano a la oficina, mi jefe no había llegado, en realidad nadie en el piso pero me sentía bien, tendría tiempo de acomodar mis cosas, retocarme el maquillaje y tomarme una taza de café.

Todo eso se fue al carajo cuando vi toda la documentación que tenía que guardar en la oficina del loco de mi jefe, así que puse manos a la obra, después de esto creo que podré tomarme ese riquísimo café de máquina.

—Ay carajo ¿En serio quieren que suba estos documentos hasta allá con ésta falda? Debería comenzar a usar pantalones de vestir, esto no es cómodo —subí a la escalera al ritmo de Beyoncé, creo que el trabajo es más llevadero con música de fondo.

Estaba por terminar cuando, al momento de querer alcanzar una carpeta, alguien abrió la puerta, de manera poco inteligente, mi cerebro lo único que intentó fue detenerse con la carpeta que se vino encima de mí, caí sin poder evitarlo y antes de llegar al suelo, un pecho fuerte me detuvo con firmeza, pero no la suficiente, la carpeta me golpeó la ceja y la hemorragia fue instantánea.

—Dios santo —chillé por la sensación, me cubrí con la mano la herida—, Carajo —masculló, sufrí un terrible mareo, me sentó en su sala y tomó el teléfono—, Cinthya, necesito al equipo médico aquí ahora —acudió al baño y sacó una toalla, la colocó sobre mi herida—, lo siento tanto.

—No, no fue su culpa, debí cerrar la puerta, apártese, no quiero mancharle la ropa— sin saber realmente qué hacer, se apartó, el equipo médico llegó a atenderme mientras él, nervioso, caminaba de un lado a otro.

—¿Cuál es su nombre, señorita?

—Ibon, Ibón Pérez.

—Bien, necesito alumbrar su ojo, si la molestia es más de la debida me lo informa.

—Si, gracias —me revisaron por completo y cuando estuvieron seguros de que no era grave, me llevaron en silla de ruedas a la enfermería donde suturaron mi ceja, ah ese jefe mío, casi me mata en mi primer día ¿Eso habrá hecho con la otra? Nunca se sabe.

Cuando estuve atendida me dejaron recostada sobre la camilla, vaya, esto realmente parece un hospital chiquito, muy práctico.

—¿Cómo se siente?

—Bien, estoy un poco mareada, pero estoy bien, gracias ¿Ya me puedo ir?

—¿Quiere volver al trabajo?

—Sí, estoy bien.

—Podría sufrir mareos y náuseas en el transcurso del día, evite subir las escaleras o lugares de donde pueda caerse, si necesita irse firmaré su justificante ¿De acuerdo?

—Sí, muchas gracias —salí del mini hospital y volví a la cúspide del edificio, pero no pude siquiera llegar a mi lugar, una mujer me interceptó.

—¿Ibón Pérez?

—Sí.

—Te solicitan en el jurídico, habla con la directora, por favor, es el piso de abajo.

—Gracias —el estómago me dolió, no sé para qué querían que fuera al jurídico, no quiero que me despidan por esto. Llegué al piso y me detuve frente a la secretaria que se encontraba afuera de la imponente puerta—, vengo a hablar con la directora.

—Adelante —ella se levantó y me abrió la puerta para que pudiera entrar.

—Permiso, abogada —referí, la silla estaba en dirección al ventanal, es una gran vista de Nueva York, como la que tiene mi jefe. La silla se giró lentamente, entonces pude ver el rostro de aquella directora, un rostro conocido— ¿Verónica?