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CAPÍTULO VII "CILLIAN HAYNES"

▪️ IBÓN PÉREZ ▪️

Al día siguiente, compré té para mi jefe y lo esperé a la puerta del ascensor presidencial, lucía un atuendo totalmente negro, eso provocaba que su piel de porcelana resaltara aún más, la mano me tembló un poco, ese maldito ascensor y su forma de abrirse provocó que todo fuera aún más erótico y sensual.

—Señorita Sol ¿Se cayó de la cama?

—Buenos días, té verde con dos de azúcar, señor —salió lentamente del ascensor, se acercó mucho a mí, tragué saliva, miró a los lados, aquí no suele venir nadie, es el maldito ascensor del presidente.

—¿Y si me quieres envenenar? ¿Dormir o enfermar?

—¿Disculpe? —tomó el té y lo acercó a mis labios.

—Bebe.

—¿Qué?

—Bebe, dime qué tal sabe —tragué saliva con nerviosismo—, bebe, ahora.

—¿Es necesario?

—Como el aire que respiro —lo acercó más—, bebe.

Tomé el té y le di un sorbo, estaba perfecto de azúcar y de temperatura, no dejé de mirarlo y él tampoco, permanecía frente a mí con las manos dentro de los bolsillos, ladeó la cabeza cuando, de forma atrevida, acaricié la tapa del té con mi lengua, de un lado a otro, sonrió.

—¿Pero qué es lo que está haciendo señorita Sol?

—El té está perfecto de azúcar y temperatura, no piense mal, mi lengua es muy sensible.

—Eso es muy irónico, la mía también es muy sensible ¿Cree que ese par de trozos de carne hiper flexibles deban conocerse?

—Ya se conocen, solo necesitan reconocerse, al parecer.

—Bingo, señorita Sol, bingo.

—La sala de juntas está lista.

—Vamos allá entonces, aunque no es lo que realmente deseo —caminó por delante de mí, entramos a la sala de juntas y aún no comenzaba, al parecer el papá de mi jefe aún no llega.

—¿Ibón Solano? —un hombre de ojos azules, pecas y bastante apuesto me miró sonriendo con sorpresa, miré a Dom y se puso entre el sujeto y yo.

—Ve a tu lugar Cillian, no molestes ahora, estamos en líneas diferentes, como siempre —evitó el cuerpo de Dom y agitó la mano para saludarme, yo no sabía cómo reaccionar.

El padre de Dom llegó a la oficina acompañado de más accionistas y una secretaria que parece modelo, mi jefe señaló el asiento cerca de él y me acomodé ahí con la laptop, tomé nota de lo que decían, Dom estaba cada vez más irritado.

—Entre tantas cosas parece que nuestro presidente no tuvo tiempo de atender sus deberes con los acreedores, si cobran sus créditos, perderemos más de una filial.

—¿Aquí es el momento en el que dices que lo harías mejor que yo, Patrick? —susurró para su papá, lo miró de manera irreverente, se puso de pie y sonrió— ¿Acaso quieren acusar a alguien de homicidio antes de que siquiera piense en matar? Eso no se puede, no podemos estipular cantidades al azar solo porque el señor tiene una corazonada con los acreedores, me haré cargo de ellos en su momento, deben estar tranquilos.

—Pero no pueden, Dom, es complicado debido a que no hemos cumplido con el contrato y parece que no se podrá —objetó el hombre de los ojos azules que no deja de mirarme.

—¿Acaso ya llegamos a la fecha de lanzamiento?

—Entiendo tu confianza, lo que no entiendo es tu despreocupación, me parece bastante inquietante que vayas por la vida creyendo que esto será fácil.