Frank
Yo soy Frank Radley. Un estudiante más de la preparatoria Richmond. Con no más de 700 estudiantes, aquí todos nos conocemos.
Aunque claro, mentí. No soy sólo un estudiante más. Yo soy el estudiante más popular y admirado de la escuela. Soy el más aplicado de mi curso, sin mencionar el más atractivo también, y no es porque sea un presumido, pero podrían preguntarle a cualquier chica de aquí y, si no dicen mi nombre, pronto cambia de parecer.
Terminó la clase de matemáticas. Por fin, es hora del receso.
Espero a Arnold y a Mikey, mis mejores amigos. Ellos tampoco están tan mal, aunque claro que comparados conmigo…
Nos dirigimos a la cafetería. Tomamos nuestros asientos de siempre al fondo de la cafetería y hablamos sobre nuestro fin de semana.
-¿Qué tal sus conquistas semanales?- pregunta Mikey. Los dos lo miramos acusadoramente- No me miren así, que yo dejara de enredarlas no hace que no me interese platicar sobre las chicas con las que salen ustedes.
-Como tú digas. Bueno, la verdad fue más fácil de lo que pensé-contestó Arnold
-¿Y esta vez de que grado fue?
Cada semana salimos con alguna chica del instituto y si tenemos suerte, que es lo más común, nos acostamos con ellas. No son muy difíciles de convencer. Pero jamás decimos los nombres de las afortunadas, pues eso sólo causaría discusiones y malentendidos entre nosotros. Es mejor no arriesgarse. Además, no podemos exhibir a las chicas, pero allá ellas si deciden contar sus aventuras a medio colegio; pero tal parece que Mikey renunció a eso por encontrarlo “inmoral”.
-Una chica de nuestro grado. Muy guapa además. Sólo tuve que llevarla a cenar y de regreso a su casa. Estando en la puerta regresó antes de tocar y dijo, y lo cito: “¿Qué te parece si mejor vamos a un lugar donde podamos estar solos?”- uso una voz chillona, como imitado a la chica.
Siguieron hablando entre ellos y riéndose. Pero yo no presté mucha atención a lo que estaban diciendo. Estaba pensando en mi propio fin de semana. Al parecer lo notaron, porque los dos voltearon hacia mí
-¿Qué decían?
-Te pregunté cómo te había ido a ti con tu chica-Dijo Arnold
-No es mi chica
-¿Que pasa Frank? Estás como… perdido
-No es nada. Es sólo que…
-¿Se trata de tu cita?
-Bueno…
-¿Qué pasa? ¿No me digas que no cedió? Sería la primera que se resiste al gran Frank Radley Wood.-Intervino Mikey con un tanto sorprendido y divertido a la vez.
-¿¡Qué!? ¡NO! No es eso. Es solo que estoy cansado de lo mismo.
-¿A qué te refieres?
-Es que… Mira, no es por insultar a nadie, pero en esta escuela hay más chicos que chicas, y éstas son unas…-Dudé un poco
-Fáciles- Terminó Arnold por mí.
-Exacto. Y bueno, tu sabes que no es lo mismo hacerlo con una chica como ellas cuando no sabes con cuántos otros se ha acostado, que hacerlo con una chica…-vacilé- virgen-Lo dije tan rápido que dudo que lo entendieran en ese momento. Por suerte para mí, al final lo entendieron y no lo tuve que repetir.
-Te comprendemos Frankie, pero no puedes hacer nada al respecto. No puedes devolverles la virginidad. Resígnate amigo.
-Lo sé, lo sé. Yo sólo decía.